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El día de Asturias de un homicida

Muñoz Blas estuvo de fiesta con otros peregrinos en un albergue de Grado el pasado día 7, y lanzó vivas a la región cuando se cantó el himno del Principado

El día de Asturias de un homicida

Sonriente, perfectamente integrado y lanzando un "Aupa Asturias" mientras algunos de sus compañeros de ruta jacobea entonan el himno del Principado en vísperas de la fiesta regional. Así aparece Miguel Ángel Muñoz Blas, el "criminal del Camino", en un vídeo realizado en un albergue de Grado hace justo una semana, el pasado día 7. La grabación está disponible en la página web de este periódico (lne.es).

Tras abandonar precipitadamente Astorga por el gran despliegue policial de búsqueda de la peregrina norteamericana Denis Thiem, Muñoz llegó a Asturias en autobús con el objetivo de realizar el Camino de Santiago por el interior de la región. Salió de Oviedo y el lunes durmió en el albergue de San Juan de Villapañada. Al día siguiente, cumplió la etapa hasta Bodenaya, en Salas, y el miércoles fue visto durmiendo en una bolera de Campiello (Tineo). De ahí, pasó a Berducedo, en Allande, y la policía acabó con su periplo el viernes en Grandas de Salime.

Quienes trataron con él aseguran que su comportamiento fue "completamente normal" y que se mostró "receptivo" en todo momento con el resto de peregrinos con los que compartió ruta. Se trata de un carácter radicalmente distinto al que le adjudican sus vecinos de Castrillo de los Polvazares, que le definen como una persona "huraña y problemática", sobre todo después de que no lograra que su mujer y su hijo se fueran a vivir con él a la Maragatería, comarca de la que proviene su familia materna.

"Aquí se portó muy bien, como uno más. Habló con todo el mundo y parecía feliz", asegura uno de los hospitaleros que acogió a Muñoz Blas durante su recorrido por Asturias. "No dio problema alguno. Llegó con un grupo de peregrinos, se registró con su propio nombre, nos enseñó el DNI y por la mañana, a primera hora, salió para Grandas de Salime", apuntan desde el albergue de Berducedo.

Todos los hospitaleros asturianos consultados coinciden en que el crimen de Castrillo de los Polvazares es un "hecho aislado" dentro de las rutas jacobeas españolas y que la víctima "fue una peregrina como puedo haber sido cualquier otra persona". "Por aquí pasan miles de caminantes al año y nunca pasa nada", afirma el responsable de un albergue.

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