Una semana de descanso por cada siete lectivas. Parones estratégicos en noviembre, en febrero y en mayo, y supresión de las vacaciones de Semana Santa (el descanso se limitaría al "puente" de Jueves Santo a domingo). Son las líneas maestras del nuevo calendario escolar de cara al curso 2016-17. Un sistema que busca un mayor aprovechamiento pedagógico, sobre todo entre el alumnado de menor edad. Se cambia el equilibrio vacacional pero se mantienen las 175 jornadas lectivas, que están reguladas a nivel estatal por ley.
Falta por ser concretado y deberá ser la propia Consejería de Educación la que finalmente lo publique. Es preceptivo. Pero todo hace indicar que será un calendario revolucionario y en buena medida consensuado. Habrá debate.
La iniciativa surgió hace meses desde el sindicato SUATEA, cuenta grosso modo con el respaldo de los demás sindicatos y a la anterior Administración educativa asturiana no le desagradaba en absoluto. La Junta de Personal Docente lo debatirá el próximo día 5 de octubre y de esa reunión podría salir una propuesta, ya limada, con destino a la Consejería.
Inicio de curso y freno en noviembre. Un calendario que no diferirá gran cosa de estas fechas. El 9 de septiembre es viernes, posible día de inicio para Infantil y Primaria. En noviembre llegará la primera semana de descanso, alrededor del día 1, festivo. Podría ser en la semana del 31 de octubre al 6 de noviembre. Las vacaciones de Navidad se mantendrían tal cual, pero muy ajustadas. Posiblemente habría clase el día 23 de diciembre, viernes, y la reanudación de la actividad lectiva sería necesariamente que ser el 9 de enero, lunes.
Parón de febrero. El segundo parón estratégico apunta al mes de febrero, pero aquí todo queda condicionado por el Carnaval. En 2017 las fiestas del Antroxu caen en la última semana del mes y el descanso podría ir desde el 25 de febrero, sábado, al 5 de marzo, domingo.
La Semana Santa. La Semana Santa cae lejos en el calendario, a mediados de abril. El Jueves Santo es el día 13 y las vacaciones se reducen a cuatro días, hasta el 16 inclusive. Este tijeretazo a la Semana Santa será con seguridad el elemento más conflictivo del nuevo calendario escolar. En los últimos años las vacaciones escolares de Semana Santa en Asturias comenzaban ese Jueves Santo pero se alargaban durante toda la semana posterior.
Parada en mayo. En mayo, tercera parada. Podría ser aprovechando la festividad del día 1 pero habría muy poca distancia entre la Semana Santa y ese nuevo receso lectivo, que puede quedar aplazado para los últimos días del mes. Y a partir de ahí, clases hasta el final del curso a últimos del mes de septiembre.
Los trimestres se diluyen. En números redondos, 70 días lectivos en el primer trimestre; unos 65 en el segundo; y unos 50 en el tercero. Darían las 175 jornadas a las que la LOMCE obliga. Los trimestres han sido siempre las referencias académicas pero con el nuevo ordenamiento de clases pierden parte de su fuerza en el calendario.
Esta es la filosofía a seguir. Sindicatos y Administración decidirán detalles, día arriba o día abajo. Se escuchará a las asociaciones de madres y padres y también a los colegios de la enseñanza concertada. El principal -casi el único- escollo puede ser la Semana Santa porque aquí sí pueden aparecer criterios más ideológicos que pedagógicos.
Empezar antes. El nuevo sistema puede obligar a un inicio de curso más temprano en la enseñanza Secundaria. En la actualidad Infantil y Primaria por un lado y Secundaria por otro tienen inicios y finales de curso en distintas fechas.
El ordenamiento académico, en todo caso, debe ser flexible porque dependen del calendario general. Por ejemplo, la idea es que los niños reanuden las clases inmediatamente después de la festividad de Reyes, que en 2017 cae en viernes. Esos dos días del fin de semana tendrán que ser arañados al calendario en otras fechas.
La Junta de Personal Docente va a pedir a Educación que adelante lo más posible la concreción del calendario escolar 2016-17 para que los ayuntamientos ajusten actividades con tiempo suficiente. El sistema se acerca al que rige desde hace años en países como Francia o Suiza.
