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MARCELO PALACIOS | Médico, exdiputado del PSOE y presidente de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI)

"En España pasamos de tres casos de sida en 1985 a la mayor cifra de toda Europa"

"En política hay muchas intrusiones, gente que viene de parte de uno u otro, y por eso Toval me decía: 'Tú sigue tu camino' "

Marcelo Palacios, en la sede de la SIBI de Gijón. MARCOS LEÓN

Marcelo Palacios (Candás, 1934) concluye sus "Memorias" para LA NUEVA ESPAÑA repasando su actividad profesional y política y su dedicación a la bioética.

Unidad de quemados. "En Gijón seguí haciendo cosas que fueron saliendo adelante. En el Hospital de Jove monté el primer servicio de quemados que hubo en Asturias y uno de los primeros de España. Seguimos las pautas de los centros que había conocido en Alemania y en Suiza. Era una habitación de unos 15 metros cuadrados con una cristalera que aislaba al paciente. Había ventiladores para sacar al exterior cualquier tipo de contaminación y unas luces de 5.000 unidades Armstrong que esterilizaban en un armario todo lo necesario para las curas. El paciente estaba desnudo y tumbado en una camilla muy manejable. Cada tres o cuatro días hacíamos un estudio bacteriológico de la estancia y en cuanto veías algún estreptococo se pasaba muy mal. En Bochum había tenido un paciente con grandes quemaduras al que habíamos sacado adelante con injertos de piel. Pero el día en el que se estaba vistiendo y poniéndose la corbata para irse se puso muy mal y en día y medio falleció de una endocarditis. Aquel día lloré como un rapacín".

El maletín y la Aduana. "Me encargaron de organizar el servicio de traumatología del Sanatorio del Carmen y el director me comentó: 'Me dicen que eres capaz de operar hasta con una cuchara', y le repliqué: 'Con una cuchara yo sólo como unes fabines'. Así que necesitábamos el instrumental especial y le propuse comprar el 'Maletín de Müller', que tenía todo lo necesario y era creación del médico con el que había trabajado en Berna. Me dieron el dinero y me enviaron a encontrarme con Müller y comprarlo. Pero al volver, en la Aduana vieron aquellos instrumentos tan estilizados y me dieron en alto. Les dije: 'Miren, esto no es contrabando, ni estraperlo'. Consultaron a toda la cadena de mando y me preguntaron: '¿Con eso va a poder tratar usted a los pacientes?'. 'Sí'. 'Entonces pase' ".

La retirada del Tarangu. "Fui también médico del Campeonato del Mundo de gimnasia que se celebró en Oviedo. Había varias gimnastas muy chiquitinas, rusas y rumanas, que todos los días pasaban por la clínica que montamos allí. Salvo esparadrapos, apena tenían otros medios. En aquella época se debatía el tema del tratamiento de los atletas para que tuvieran escasa talla, menos peso y mucho músculo. Una de las cosas más gratificantes fue que el Grupo Covadonga me propuso crear su clínica deportiva. Y allí fue donde atendí a José Manuel Fuente, el Tarangu, que había tenido problemas en el Tour de Francia. Lo estudiamos y estaba muy mal del hígado y de los riñones. Era incompresible que hubiera llegado tan lejos con esas dolencias. Fue a Italia y por desgracia se confirmaron los pronósticos. Era una persona extraordinaria y me contaba que años antes, en la Federación le tomaban el pulso y la tensión y le decían: '¡Estás como un toro!' ".

La Casa del Mar. "Sacaron una plaza de clínica de la Casa del Mar de Gijón, del Instituto Social de la Marina, y la conseguí, aunque me había propuesto no hacer oposiciones. Me nombran director e hicimos cambios. Había 70 trabajadores, de los cuales 30 eran médicos. Fue un centro de salud con todos los servicios de especialidades y con quirófano y laboratorios. Aquel quirófano lo montamos entonces y en su momento fue el mejor de Asturias, con la idea de concentrar allí las cuestiones vasculares de la región".

Candidato al Senado. "Entré en política en la Democracia Socialista Asturiana (DAS), con compañeros como Liñero y Pedro de Silva. Después, pasamos al PSP (Partido Socialista Popular), por la cabeza que lo guiaba, Enrique Tierno Galván. En 1976 me presentaron como candidato al Senado y pese a obtener 64.000 votos no salí elegido. Con Tierno coincidí bastante durante muchos años y recuerdo que cuando él estaba ya mal y hospitalizado le envié una carta a la que contestó con un tarjetón en el que decía: 'Mi querido amigo, la vida marca sus ritmos'. Cuando el PSP se fusionó con el PSOE también fui militante socialista, ya que veía que la socialdemocracia me convencía".

Palacio, alcalde. "Estaba afiliado, pero no era activo ni iba a las asambleas. Un día un amigo me pregunta: '¿No vas a la asamblea de hoy?'. Acudí y para mi sorpresa me propusieron como número dos en la lista para las elecciones municipales de 1979. Ganó el PSOE, con José Manuel Palacio de alcalde, y me designaron vicealcalde y presidente de la Comisión de Sanidad. Fue una época apasionante. Seguía trabajando en la Casa del Mar y las doce y media iba al Ayuntamiento. El delegado de Sanidad en Asturias con UCD era Pablo Díaz Matos, un hombre muy receptivo y gracias a ello nosotros poníamos los locales de antiguas escuelas reformadas y el Insalud ponía el personal de los nuevos centros de salud. Pusimos también un servicio de ambulancia para la zona rural y me empeñé en actualizar el Hospital de Jove, que estaba al borde del cierre. Ya en el Congreso mantuve esa intención y cuando el ministro Julián García Vargas se cruzaba conmigo me decía en broma: '¡Cuidado, que viene Marcelo; cuidado, el Hospital de Jove!'. Al final conseguimos 240 millones de pesetas para Jove".

Antichavolismo. "Pusimos en marcha el plan antichavolismo. Carmen Veiga recuerda muy bien aquellos años. Villacajón era una cosa terrible. Hicimos fotos y, después de un incendio en el que murió una chica chabolista, se las enseñé al director general de Vivienda, que quedó estupefacto. Nos enviaron unos bloques prefabricados, con su jardín y todo y fuimos avanzando. Las asistentes sociales hicieron un gran trabajo tratando de que los gitanos se socializasen, y don José, un patriarca gitano, colaboró muchísimo. Víctor Busto, edil del PC y persona muy íntegra, hizo un trabajo magnífico. También pusimos en marcha la residencia de mayores de Pumarín, aunque siempre me quedó la cosa de no haber podido dotarla de buenos jardines. Con el alcalde Palacio tuve discrepancias y a los tres años renuncié a ser vicealcalde y presidente de la comisión y permanecí sólo como edil de Sanidad".

La tanqueta del 23-F. "El día del golpe, el 23-F de 1981, yo estaba como alcalde en funciones y el Ayuntamiento y la plaza Mayor estaban llenas de gente hasta arriba. Disolvimos la Corporación municipal hasta que no se restituyeran las libertades democráticas. La Policía Municipal vino a preguntarme si mandaban a la gente para casa y les dije que allí tenía que entrar todo el mundo en una situación como ésa. El delegado del Gobierno dijo que nos iba a enviar una tanqueta a la plaza Mayor porque había personas en actitud amenazante. Le dije que ni se le ocurriera, no fuera a soliviantar a la gente. Al final la aparcaron junto a la iglesia de San Pedro. Mi mujer estaba a punto de dar a luz y nuestra hija Ángela nació a los cuatro días. Me había casado en 1977 con Lucía Jurado Luna, cordobesa, y antes habíamos tenido otras dos hijas: Lucía y María del Mar".

Intrusiones. "En 1982 el partido me propuso para el Congreso. Sanjurjo me dijo que necesitaban gente para temas sanitarios y en el Parlamento coincidimos cinco médicos del PSOE, pero Galeote o Yáñez, por ejemplo, tenían otros cargos, así que me pusieron al frente de comisión que hizo leyes como la de Sanidad o la de reproducción asistida. El primer día que llegué ante las puertas del Congreso me emocioné. Venía de una familia de izquierdas y mi padre había estado en campos de concentración, pero yo creía en un tipo de sociedad por la que se podía hacer mucho en el Parlamento. En el Ministerio, con Ernest Lluch al frente, coincidíamos tres asturianos que velábamos por nuestra tierra: Rodríguez-Vigil (consejero de Sanidad del Principado), Pedro Sabando (subsecretario de Sanidad) y yo. El Congreso fue una experiencia muy interesante. Martín Toval era portavoz del PSOE y siempre me decía: 'Tú sigue tu camino', en referencia a que en política hay muchas intrusiones, gente que viene de parte de uno u otro y te desvía el trabajo".

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