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Seis asturianos con doble vida

Los empresarios, mecánicos, hosteleros y actores que encarnan a algunos de los personajes más emblemáticos de Asturias

Seis asturianos con doble vida

Llevan una doble vida. Durante la mayor parte del año son hosteleros, mecánicos, empresarios de la construcción o actores en lucha con la crisis. Pero un día se convierten en el gran personaje de sus localidades respectivas. Uno encarna a Mateín, símbolo de las fiestas ovetenses; otro al emperador Carlos V en Tazones, un tercero al druida que arenga a los astures en su batalla contra los romanos en Carabanzo... Así son, de diario y vestidos de historia y tradición.

"Los Sidros" son un verdadero icono en Valdesoto (Siero). Ya van ocho años que Felipe González Valdés, de 36 años, pequeño empresario de la construcción, porta una de las máscaras de estos pintorescos personajes. También participa en "Les Comedies", representaciones teatrales de estas "mazcaraes d´iviernu". "Cuando voy de sidro disfruto mucho, es un personaje que te permite interactuar con la gente".

Cuando participa en "Les Comedies", está encasillado como "galán". Pero sólo en el teatro: "Mira que siendo empresario y actor debería ligar un montón, y aquí sigo, soltero". Felipe González Valdés ha llevado la máscara de Valdesoto fuera de Asturias. Recientemente participó en un encuentro de mascaradas en Lagoa de Mira (Portugal). "Es un placer desfilar en sitios que tienen tanta tradición, la gente se implica mucho. Y luego hay muchas mozas solteras y hermosas a las que conoces y tratas de explicarles aquello de que la cola del raposu de los sidros es un símbolo de fertilidad", explica.

Diez años invocando a los dioses, pero el invasor romano sigue ganando en Carabanzo. Silvino Torre, actor y gerente de "Factotum Teatro", encarna desde 2006 al druida que presenta y conduce el Festival Astur-Romano de la Carisa de Carabanzo. Cuando le dieron el papel "fue como un flechazo". Él es como el druida, "un hombre de paz con un fondo muy guerrero. Aquí donde me ves aguanto y aguanto, pero cuando tiene que haber sangre quiero que haya sangre de sobra para derramar". Adora al druida, pero a veces desconfía de sus capacidades. "Empiezo a creer que se equivoca con los brebajes o confunde alguna oración cuando llama a Coso (dios astur de la guerra). Es imposible que cada año perdamos más guerreros en el campo de batalla". Cuando se quita la túnica, Torre viste casi siempre en camisa y vaqueros. Cuando no anda motivando a los astures, es un actor que intenta mantenerse en pie a pesar de la crisis. Este año hay poca demanda, pero él sigue activo: cursos, eventos y representaciones. "Lo que sea, menos parar". Silvino Torre invoca poco a los dioses. Sólo cuando escucha a algunos políticos.

Alfonso Aguirre Zorroza presume de hacer una tortilla de "chuparse los dedos", pero no desvela su toque secreto. A este ovetense de 55 años le gusta tanto meterse en la cocina como en la piel de un personaje. Y si ése es Mateín, la encarnación de las fiestas de San Mateo de Oviedo, mejor. Como miembro del grupo de teatro "Margen" está acostumbrado. Sin embargo, nunca recibe más cariño de la gente que cuando se pone el traje de chaqueta, la corbata y la boina, y sale a los chiringuitos de San Mateo cargado con una maleta "con la muda dentro" y un paraguas "por si llueve". Alfonso se deja crecer el bigote un mes antes de las fiestas carbayonas. Su mujer y su hijo "de 11 años para 12", saben que es un sacrificio para él porque no soporta tener pelos en la cara. "Es lo único que no me gusta de Mateín, que es muy incómodo. Las primeras veces me ponía un bigote de mentira y guardaba el pegamento en el bolsillo, pero era casi peor". El actor interpreta este papel desde hace más de una década, después de la desaparición de Ceferino Cancio (uno de los fundadores de "Margen"), el primer Mateín de carne y hueso. En realidad, el creador del personaje, -en un principio, un muñeco- fue el grupo artístico "Abra".

Amante de la fiesta, ágil y pícaro. Así define Bernardo Collado Gutiérrez al candidato ideal para ser el Guirria de Ponga, un personaje que interpretó hace ya 14 años. Este pongueto nunca olvidará aquel día de Año Nuevo en el que encarnó al Guirria y tenía potestad para besuquear a todas las mozas sin excepción y a adentrarse en todas las casas de San Xuan de Beleño sin tan siquiera llamar. Collado vive desde hace dos décadas en Londres, donde se dedica al sector de la hostelería, pero por nada se pierde la fiesta del aguinaldo. "Para ser buen guirria hay que ser buen aguinaldero. Yo lo fui durante más de 30 años, pero a los 48 me casé y se me acabó el chollo. Es sólo para solteros". Aunque la experiencia fue inmejorable, Collado descarta repetirla: hay que dejar paso a otros aguinalderos y además acabó "frayáu" y las agujetas por brincar con el palo no se le quitaron en una semana. El pongueto continúa la tradición familiar, pues su hermano Delfín, que también vive en Gran Bretaña, fue guirria en 1992. "Lo mejor del personaje es que te permite charlar con los mayores y que todo el mundo te abre su casa. No como antes, que las mozas huían despavoridas cuando te veían con la barbona. Últimamente son ellas las que nos dan algo de miedo", bromea.

El director de escena José Rico es, desde este mismo año, Pedro Menéndez de Avilés "porque así lo decidieron los de la asociación de vecinos del centro, a quienes se les ocurrió recordar al Adelantado de La Florida", comenta el actor avilesino que recientemente encarnó al descubridor avilesino en un espectáculo-pasacalles. Su origen está en Xio (Illano). "Nos vinimos a vivir a Avilés cuando yo tenía 8 años, mi padre había conseguido empleo en Entrecanales". Rico trabaja actualmente en un montaje para sala con el conquistador avilesino como principal protagonista. Hace unos meses estrenó "Carreño Miranda", su particular homenaje a otro de los avilesinos más grandes de la historia. "Lo que hicimos en las calles de Avilés por primera vez el 10 de octubre lo repetiremos todos los años: la asociación de vecinos apuesta por ello, por montar un jolgorio cada vez mayor en memoria del marino", señala. Rico es un clásico de la escena asturiana. Llegó a ella a finales de los setenta. Continúa, con altibajos, con una nueva compañía: "Arte Producciones. José Rico Teatro".

"No vivo por ni para Carlos V. Quito el traje y sigo siendo Víctor". Así define Víctor Berros su relación con el personaje que le ha dado más fama por sus recreaciones en Tazones y Villaviciosa: el entonces príncipe de Gante que por primera vez pisó tierra española en Villaviciosa y que llegó a ser emperador. Berros es mecánico y trabaja en un taller de la localidad. Pero cada agosto se mete en el papel de Carlos V y lo borda. Lo lleva haciendo ya siete años, desde 2009. Le propusieron tal responsabilidad después de verle interpretar con su compañía de teatro, "Contraste", durante un pregón de las fiestas. "Me atrajo que mi suegro, Rosendo Rebollar, que hacía del marqués del Real Transporte, fue uno de los fundadores del Desembarco en Tazones", explica. Lo que más le atrae de Carlos V es que "haya sido una figura relevante en la historia de España". Lo que menos, "que ahora la monarquía no está bien vista por todos. Hay gente a la que le atrae, pero también tiene mucho detractor". No obstante, destaca que "para la Villa es un buen acto cultural y turístico y si es bueno para Villaviciosa también lo será para los villaviciosinos".

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