La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

SILVANA RABINOVICH | Profesora e investigadora titular en el Seminario de Hermenéutica en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México

"Con su empeño belicista, el Occidente laico no ha mostrado una moral ejemplar"

"Cuando una población como la europea, de golpe, se ve indefensa, queda la esperanza de pensar en otros términos que no sean los de dominación"

La profesora Silvana Rabinovich, en uno de los seminarios de Filosofía de la Universidad de Oviedo. LAURA CARADUJE

Silvana Rabinovich, profesora e investigadora titular del Seminario de Hermenéutica en el Instituto de Investigaciones Filológicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México, ofreció un seminario en el Campus del Milán sobre "La Biblia y el drone. Usos y abusos de figuras bíblicas en el discurso político de Israel". Sus líneas de investigación se centran en la Hermenéutica Teórica y la Hermenéutica de la Religión. Durante su conferencia habló de las relaciones Oriente-Occidente y del uso de fíguras bíblicas para justificar conflictos bélicos, además de repasar la última actualidad sobre el uso de la tecnología de los drones como instrumento armamentístico.

-¿Qué relación existe entre el lenguaje bíblico y los drones?

-El nombre la Biblia y el drone evoca un tango argentino. Dadas las circunstancias actuales y el uso de los drones con fines bélicos, que es su primer propósito, el interés de unir estos dos conceptos tiene que ver con el uso de la lengua bíblica secularizada al servicio del discurso militar.

-Explíquese.

-Hasta ahora la lengua hebrea tenía un uso restringido al ámbito sagrado, pero se ha dado un salto para volverla cotidiana pese a que algunos no están de acuerdo con ello. En mi caso, cuando llegué a México de niña yo veía un discurso profético en la biblia hebrea, sin embargo, también hay palabras de estrategia militar; por eso algunos filósofos estaban en contra de esa normalización de la lengua hebrea donde se habla de guerras santas que, de ninguna manera, deben reactivarse. Estoy en contra de esa visión simplificada, de quienes piensan que la religión es el problema. El problema son determinadas interpretaciones de los textos religiosos como hace el Estado Islámico, por ejemplo, pero también en otras religiones. El Occidente laico tampoco dio muestras de una moral ejemplar. Ese empeño belicista no es un motivo para enorgullecerse y creo que una lectura adecuada y en clave pacifista y comunitaria de los textos bíblicos puede llevar hacia un orden político alternativo.

-¿Occidente también ha realizado una lectura equivocada de los textos bíblicos?

-Claro. De hecho en esos mismos textos están recogidas todas las posibilidades. Cuando los ancianos de Israel se acercan al profeta Samuel para pedirle un rey como todos los pueblos de entonces se les contesta que ellos tienen la suerte de no padecer un rey y que tienen la oportunidad de un orden político más justo, pero se les concede ese rey. En eso también hay fuentes dentro de la biblia que son proféticas y otras que son monárquicas y entre ellas tienen contradicciones.

-Por cual de ellas se decanta usted, ¿las fuentes proféticas o las monárquicas?

-Yo prefiero las proféticas porque aportan una conciencia de vulnerabilidad del ser humano porque en su regresión con Dios hay una obligación de humildad. El hombre es uno de los seres más vulnerables que hay porque si no nos cuidamos al nacer nos morimos, necesitamos el alimento. Puede haber una loba o un centauro pero, si nadie nos cuida, nos morimos y esa vulnerabilidad nos da la posibilidad de pensar la política de otro modo que el de la dominación.

-¿De qué modo?

-Los profetas, que prestan su boca para que Dios hable a través de ellos, reclaman reglas de justicia social y moral que se encuentran, por ejemplo, en el Levítico 19 de la biblia hebrea y son reglas tan simples como la no explotación del trabajador o que no hay que poner un obstáculo a un ciego, ni hablar mal de un sordo o que cuando cosechamos el campo, las encinas tienen que quedar para los más necesitados...

-¿Y cómo se pueden aplicar esas reglas de justicia social en las relaciones entre Oriente y Occidente?

-Algunos que se pretenden laicos invocan lo peor, creyendo que engañan a Dios. La figura de Sansón que se suicida con 3.000 cristianos es el ejemplo del primer atentado suicida que ocurre precisamente en Gaza y es perpetrado por un juez de la biblia hebrea, judío. Los nombres de las operaciones bélicas hoy también tienen muchas connotaciones bíblicas. Hay un coqueteo con el poder divino al servicio del hombre: esa connotación de Dios de los ejércitos y de las estrellas, del sol y la luna es lo que se atribuye el ejército de Israel. Entonces en la misma Biblia está la llave para desactivar ese uso de la lengua al servicio de la dominación.

-¿Qué opina de los drones?

-No tienen mucho sentido, primero porque es una forma de matar ya completamente institucionalizada que logra borrar el rostro de aquel al que se va a matar. Se dice que el encuentro con el rostro del otro lleva implícita la prohibición de matar. Y el uso del drone nos permite borrar ese rostro. Las computadoras envían drones para bombardear poblaciones que justifican con una combinación de medicina y militarismo, hablando de operaciones quirúrgicas contra el terrorista cuando en realidad sabemos que las víctimas son muchas más. Me parece que el uso de los drones pervierte la guerra en un sentido superlativo.

-¿En los atentados de París también se han pervertido las figuras bíblicas como apuntaba al principio?

-Sí, sin duda. El abuso de los textos religiosos no es privativo de la biblia hebrea. Al final, quien va a ganar en esto es toda la industria bélica, y lo va a pagar una población indefensa. El tema es que cuando una población que se consideraba inmune como la europea, de golpe, se ve indefensa tal vez a mí siempre me queda la esperanza de que, a lo mejor, sin justificar el terrorismo ni mucho menos, sirva para pensar en otros términos que no sean los de la dominación porque la dominación ya agotó sus posibilidades tanto en la relación entre pueblos como en las relaciones de los seres humanos con el medio. Lo vemos en la crisis ideológica que estamos viviendo que es producto de esta idea de dominación.

-¿Cuál es la salida?

-No me alcanza con decirles no lo hagan en mi nombre sino que no les permito que lo hagan. Yo soy judía y considero imperativo que dejemos de lado este lugar de dominación que nos está llevando a unas políticas de suicidarnos con el otro. Aunque vemos en el otro a aquel que perpetra los atentados suicidas, es necesario dejar de considerar que aquello que llamamos seguridad es sinónimo de libertad. Es un error que estamos pagando con muertes. Esperamos que esto nos haga parar y entender. Tengo muchísima esperanza en ello.

Compartir el artículo

stats