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JUAN ANTONIO MENÉNDEZ | Nuevo obispo de Astorga

"Hay mucho ruido espiritual; no es que Dios no llame, es que no le podemos oír"

"Ojalá nuestra sociedad y nuestra Iglesia sean capaces de poner en marcha nuevas ideas, iniciativas y creatividad"

Juan Antonio Menéndez. FERNANDO GEIJO

-Una debilidad que deje en la Iglesia asturiana.

-La falta de sacerdotes. Eso sí, los seminaristas son jóvenes con fe probada, con garantía de autenticidad. No son muchos, pero son buenos. Los ruidos espirituales no dejan ver a los chavales la belleza de entregarse a los demás. No es que Dios no llame, sino que esos ruidos nos impiden oirlo.

Juan Antonio Menéndez, hasta ahora obispo auxiliar de Oviedo, acaba de ser nombrado obispo de Astorga y tomará posesión de su nuevo destino el 19 de diciembre. Fue obispo auxiliar en Asturias durante dos años y medio y por desgracia "me han quedado muchos sacerdotes sin poder acompañarles".

-¿Una fortaleza?

-La red organizada de Cáritas. En los últimos años hemos avanzado mucho en la dimensión social de la Iglesia. El trabajo de Cáritas es alabado por todo el mundo. Yo creo que en Asturias ha habido menos desahucios que en otras partes del país porque aquí Cáritas estuvo muy atenta. Y también creo que se ha dado un paso adelante muy significativo en materia de recuperación de patrimonio. Más del ochenta por ciento de los templos asturianos están en perfecto estado de revista, lugares dignos sobre todo gracias al pueblo. Pero es difícil mantener.

-¿Qué espera de su etapa astorgana?

-Voy con ánimo de escuchar y que me cuenten. Voy con ganas de estar cerca de muchos sacerdotes que seguro que necesitan compañía, como en todos los sitios. También allí hay sacerdotes que llevan muchas parroquias, en una diócesis rural y minera. Solamente después de escuchar a todo el mundo me atreveré a tomar decisiones.

-¿Ya tiene casa en Astorga?

-La Casa Sacerdotal. Me iré con mi padre que tiene noventa años y que está un poco asustado. Es que en relativamente poco tiempo hemos cambiado cuatro veces de casa. Y ahora me pregunta: ¿qué voy a hacer yo allí, si no conozco a nadie? Bueno, seguro que nos arreglamos.

-Un recuerdo que quede atrás.

-Tantas y tantas personas que me han acompañado en estos años. Mis padres, en primer lugar. Fueron conmigo siempre. Primero, a Cangas del Narcea, mi primer destino; y después a Arriondas, Teverga, Oviedo y Avilés. Llevo veinticuatro años en el Consejo Episcopal, toda una atalaya de conocimiento de la diócesis.

-¿Lo suyo lo entiende como un ascenso?

-Es más bien un destino de servicio. Alguien me recordaba el otro día que yo había sido el primer obispo nombrado por el Papa Francisco.

-¿Su primera misa?

-En Villamarín de Salcedo, mi pueblo natal en el concejo de Grado. Era el 24 de mayo de 1981.

-Su primer destino.

-Cangas del Narcea, incluyendo el santuario de El Acebo, en una época en la que la minería todavía estaba en auge. Me acuerdo de las carreteras estrechas, de la cantidad de camiones que iban de un sitio para otro... Hace muy poco volví, 35 años después, al lugar donde ejercí de coadjutor.

-¿Otro mundo?

-Pues sí. Pasó el tiempo, se perdió la actividad industrial, desapareció el bullicio... En cierto modo se me cayó el alma a los pies.Vivimos épocas difíciles, ojalá nuestra sociedad sea capaz de tener ideas, iniciativa y creatividad.

-La Iglesia las necesita también.

-Sin duda, pero no podemos olvidar que la Iglesia es siempre reflejo de la sociedad. Y la sociedad envejece, decae. Ya sabe, los mayores tampoco tenemos tanto ánimo. Pero también hay jóvenes, no se puede ser pesimista. Asistí este año en Ávila al Encuentro Europeo de Jóvenes. Y allí estaban seis mil, un testimonio inmenso de alegría. ¿Qué les disteis en Ávila, que han llegado distintos? Nos preguntaban las familias de los jóvenes asturianos que participaron. En realidad tuvieron la oportunidad de vivir la fe con otros jóvenes.

-¿Se marcha con pena?

-Me marcho con una sensación agridulce. Dejo a muchos buenos amigos en Asturias. Salí muy poco de esta región y le confieso que me cuesta ponerme a hacer las maletas.

-Astorga es sede dependiente del Arzobispado de Oviedo. No se va muy lejos.

-En términos eclesiásticos se dice que es una sede sufragánea. Una palabra rara. Yo la primera vez que la escuché pensé que era una blasfemia.

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