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ANTONIO VIDAL-PUIG | Endocrinólogo, catedrático en la Universidad de Cambridge

"Los ciclos de dietas severas son peores que no perder peso, se gana grasa"

"El problema no es si ves o no ves la ciencia como el motor de un país, es que como no lo veas así no hay futuro"

Antonio Vidal-Puig, ayer, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Antonio Vidal-Puig, endocrinólogo valenciano, es catedrático de la Universidad de Cambridge y una autoridad internacional en la obesidad y sus causas. Hoy recibe el XII Premio Internacional Hipócrates de investigación médica sobre nutrición humana que otorgan Central Lechera y la Real Academia de Medicina y Cirugía de Asturias. En un acto abierto al público (20 horas, sede del Colegio de Médicos, Oviedo) pronunciará una conferencia titulada: "¿Es posible una obesidad saludable?".

-Eso le pregunto: ¿es posible una obesidad saludable?

-Depende de lo que considere saludable. Nadie puede pensar en que ser obeso es saludable si piensas en sus problemas de rodillas por el peso o en que están socialmente discriminados. Pero lo que mata a un obeso no es la artrosis, son las enfermedades cardiovasculares, es la diabetes. Pero no todos los que tienen problemas de corazón tienen que ser obesos, ni viceversa. En cierta manera, lo que nosotros hemos demostrado es que se puede desacoplar el concepto de obesidad del concepto de complicaciones metabólicas. La grasa la acumulas en el tejido adiposo y si tú tienes mucho tejido adiposo, puedes acumular más y puedes ser saludable. Pero tu tejido puede no ser buena calidad y con muy poco lo llenas. Entonces ese individuo no es obeso, pero a lo mejor no es saludable. Nosotros vemos el problema en la capacidad que tiene un individuo para almacenar la grasa. Y esa capacidad máxima depende de tus características genéticas. Cuando el tejido adiposo se llena, esa grasa va a otros sitios que no están preparados para almacenarla. En esos sitios hace toxicidad y causa problemas.

-¿Cuáles son sus líneas de investigación?

-Nosotros queremos prevenir que el exceso de grasa se acumule en órganos distintos que el tejido adiposo. ¿Cómo hacer eso? De tres maneras. Primero, trabajas el tejido adiposo para que sea más eficiente y que tenga más capacidad para almacenar. Si tu tejido adiposo fracasa, hay una segunda manera de evitar que acumules grasa en otros órganos: quemar esa grasa.

-¿Ejercicio?

-El ejercicio sería manera la más fisiológica. Pero también está la grasa parda. Es un tipo de grasa que actúa como una aspiradora. Coge la grasa y la quema. Estamos estudiando cómo conseguir que la grasa blanca sea más parda. Y que sea más activa.

-¿Y la tercera?

-Ahí es donde entra la nutrición. Hay grasas que son más buenas y grasas que son más malas. Las grasas que son saturadas parece que son más malas, las grasas omega3 parece que son más buenas en el sentido de que sirven para mejorar la función de los tejidos. Si tú a la leche le pones omega3 estás facilitando que sean más insaturadas y de mejores características. Las tres alternativas pueden combinarse, no son independientes. Puedes mejorar el tejido adiposo, puedes mejorar la quema y puedes darle buena calidad.

-Volviendo a la obesidad saludable. ¿Cuánto importa el peso?

-Cuando hago la clínica a los pacientes no les controlo tanto el peso como las complicaciones metabólicas, que vienen determinadas por si están en forma. El ejercicio no va a hacer que la gente pierda peso. Lo que hace el ejercicio es aumentar la masa muscular. Y lo que hace el músculo es coger el exceso de lípidos y quemarlo. Lo que tu músculo quema no va a las arterias, no va al hígado.... El ejercicio es muy importante. Cuando a la gente le prometen que va a perder peso por hacer ejercicio luego no pierde peso y se frustra. Piensa que está perdiendo el tiempo. Si el objetivo del ejercicio no es perder peso sino mejorar de la diabetes, de los triglicéridos, en esos individuos el ejercicio tiene un efecto metabólico muy importante.

-Entonces, menos preocupación por la báscula.

-Yo estaría más preocupado porque el paciente obeso estuviera físicamente en forma, más que obsesionarse con la pérdida de peso. Tenga en cuenta de que cada vez que uno pierde peso y vuelve a ganarlo, ahí hay un problema. La primera vez que pierdes peso, pierdes grasa. Pero si no haces ejercicio, pierdes músculo. Y cuando vuelves a ganar peso no vuelves a ganar el músculo. Lo único que ganas es la grasa. En cada ciclo de pérdida de peso y ganancia de peso el balance neto es que se pierde músculo y la composición del cuerpo cambia. Paradójicamente, ese ciclo es peor que si no pierdes peso. Yo no recomendaría que la gente hiciera esos ciclos de dietas muy severas, un poco irracionales.

-Usted trabaja e investiga en el extranjero. ¿Cree que es cierta la pérdida de talento que sufre España?

-Yo no puedo decir que me haya ido del país porque me hayan tratado mal. Mi tendencia natural fue intentar encontrar algo que tuviera lo que yo quería. Ahora trabajo más desde fuera con mi país que si estuviera dentro. Ha habido gente que ha dicho que hay que retener al talento en el país. Y yo diría que no. Si no puedes proveer al talento de la capacidad de desarrollarse digamos que lo mutilas. En una situación en la que un país no esté, por su situación económica, en condiciones la mejor decisión es exportar para que se desarrollen en otro sitio. La mejor inversión del país en estos momentos no es decir de manera emocional que no quiere que la gente se vaya. Yo exportaría a la gente fuera, mantendría el contacto con ellos y si en algún momento hay una voluntad para considerar la ciencia como un motor económico, esos vendrán.

-¿Y hay en España esa conciencia de la ciencia como motor?

-El problema no es si la tienes o no. El problema es que como no la tengas, no hay futuro. El concepto de la ciencia está cambiando en todos los sitios. Los países la consideran como un valor económico, estratégico. Y está cambiando la percepción que se tiene de los científicos. Tú vas a querer retener a aquellos que sean de mayor calidad y que puedan generar riqueza. La supervivencia de los países que no tienen muchos recursos naturales depende de la economía del conocimiento. Pero a esa gente hay que prepararla no sólo para que sean científicos sino para que sean también empresarios. Y eso tiene que empezar en los colegios. La pregunta clave a los niños no es: ¿qué quieres ser? La pregunta es: ¿qué quieres hacer? Si le preguntas a un niño qué quiere hacer, su educación irá orientada a lo que necesita aprender para poder hacer. ¿Quieres ser arquitecto, abogado, médico? No. La pregunta es: ¿A ti, si pudieras, qué problema te gustaría resolver en el mundo? ¿Qué necesitas para resolver ese problema? Y actuar en los colegios. Es que no somos todos iguales. Lo que tienes que hacer es profundizar en el liderazgo, pensar que haya alguien que sea el líder y alguien que sea el seguidor y que hagan equipo y que hagan algo juntos, que creen algo. El niño tiene que querer hacer algo, no ser algo.

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