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Asturias y Euskadi, la paz del culete

Los lagareros vascos sostienen, al igual que los asturianos, que la denominación de origen para su sidra "complementa" y es "positiva" para la del Principado

Una pomarada en Astigarraga (Guipúzcoa). MIKI LÓPEZ

No habrá guerra del culete. En la misma línea que sus colegas asturianos, los lagareros vascos consideran que la Denominación de Origen Protegida (DOP) que esperan lograr de la UE en el plazo de un par de años supondrá un "complemento" y no una "competencia directa" para la del Principado. "Es beneficioso para todos y, además, hay mercado suficiente", apunta Unai Aguirre, gerente y coordinador técnico de la Asociación de Sidra Natural de Guipúzcoa, entidad que agrupa a 70 productores y que respalda con entusiasmo los trámites emprendidos por el Gobierno vasco para lograr la figura de protección, supeditados a un apoyo del sector que Aguirre da por descontado.

El País Vasco tiene hoy una producción de sidra natural que oscila entre los 13 y los 14 millones de litros al año. Del total, unos 900.000 litros están acogidos al Euskolabel, la marca de calidad autonómica que servirá de base a la DOP, ya que está elaborada con manzana autóctona de alta calidad.

Explica José Miguel Bereziartua, uno de los más reconocidos elaboradores de la localidad de Astigarraga, y cuya sidra ha sido recomendada por el rotativo norteamericano "The New York Times", que Euskadi sí está ahora en disposición de lograr la denominación, algo que, a su juicio, era imposible hace trece años, cuando se aprobó la de Asturias. Y la clave, apunta, está en la manzana. "Hace una década apenas elaborábamos el 10 por ciento de la producción con fruto autóctono, así que poco podíamos hacer, pero ahora, gracias a las nuevas plantaciones, ya se fabrica más de la mitad de la sidra con manzana de aquí", subraya.

De su lagar guipuzcoano salen todos los años más de un millón de litros de "sagardoa" (sidra en euskera) y la mitad se hace con materia prima de la zona. "Hace una década no alcanzaba ni el 15%", afirma este profesional, convencido de que la denominación de la sidra vasca, de llegar, no será perjudicial para Asturias. "Esto es como los vinos y, además, en nuestro caso mantenemos unas magníficas relaciones personales con los llagareros. En unos días estaré en el Principado y aprovecharé para saludar a mis amigos de Angelón, Herminio, Castañón y Trabanco", afirma Bereziartua, responsable de una marca que está a punto de cumplir 150 años y que se pone como objetivo que el 40% de la sidra vasca sea de denominación.

Asier Olaizola, un excelente "pelotari", lleva junto a su hermano Aimar una sidrería-lagar ("sagardotegui") en la que se combina producción y gastronomía. También apoya sin fisuras la iniciativa del Ejecutivo de Urkullu para que la "sagardoa" logre la denominación. "Sería muy importante para el sector y para un producto de la tierra que hay que defender y promocionar", afirma Olaizola, quien tampoco cree que se pueda entablar un conflicto entre ambas producciones. "Aquí la asturiana no tiene mucha entrada, allí la nuestra apenas se bebe y en el mercado general hay sitio para las dos bebidas", subraya desde su tradicional "sagardotegui" de Hernani.

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