Las crestas de contaminación desbocada están echando en falta un protocolo con valor coercitivo, un itinerario que precise con claridad la hoja de ruta de los cuidados paliativos para casos de súbitas elevaciones de la polución. Coinciden algunos expertos y ecologistas en lamentar que Asturias no disponga de un ritual elevado a norma que diga exactamente qué hacer en situaciones como la que el pasado fin de semana terminó con la autopista "Y" cerrada por polución en el tramo de su ingreso en Oviedo, pero sin intervención alguna en el área de Avilés afectada por el alza habitual y crónica de los niveles de contaminación.

El Principado recomendó actuaciones que acató el Ayuntamiento en la capital y desoyó el avilesino y la diferencia, al decir de las fuentes consultadas, hunde sus raíces en alguna carencia normativa. En la existencia de una ley que faculta y obliga a la administración autonómica a intervenir en defensa de la salud pública y de ninguna concreción de medidas con rango normativo. Los planes de mejora de la calidad del aire de Gijón y Avilés incluyen, sí, "un protocolo de prealertas" que sin embargo carece de traducción a decreto y por tanto de verdadero poder legal, lamenta el portavoz de la Coordinadora Ecoloxista d´Asturies, Fructuoso Pontigo, con el asentimiento de algunos especialistas en la materia y la sensación agravante de que las actuaciones previstas en esos documentos "no se han aplicado nunca".

En teoría, afirman, la letra de esos borradores establece muy básicamente la activación de una "prealerta", con medidas de reducción del tráfico en casos de tres superaciones consecutivas de los niveles medios diarios máximos, y de una "alerta" que incluye la restricción de la circulación cuando el alza llegue a seis jornadas encadenadas. Oviedo alcanzó esas seis el domingo pasado en una única estación, la del Palacio de los Deportes, una situación por cierto más que habitual en el entorno de la ría avilesina, y con esos datos requirió al Ayuntamiento el corte de la autopista. Pontigo se asombra porque para justificar actuaciones de control los planes "suelen pedir que se rebasen los topes en al menos tres estaciones. Es espectacular", dice, que en la capital "hayan tomado medidas con una sola disparada" y destaca que Oviedo carece aún de un plan de mejora de calidad del aire. La normativa europea se lo exigirá si supera el límite de 35 días en un año con la media diaria de partículas por encima de la frontera legal (el domingo alcanzó 33 antes de restar aquellos que se consideran debidos a intrusiones de aire sahariano y por tanto a causas naturales).

La estación de Ventanielles encadenó el domingo día 6 una serie de elevaciones inédita y no ha vuelto a superar la media diaria permitida desde que se reanudó el tráfico en la "Y". La de Las Arobias, vecina de la ría y el puerto de Avilés, sí tiene desde hace tiempo mucha costumbre de superar esos seis días consecutivos por encima de los niveles permitidos, pero fuentes del Principado trazan la línea divisoria en el tratamiento de ambas en el carácter urbano del entorno del dispositivo ovetense y el entorno industrial que acoge a la instalación avilesina.

Sea como fuere, un experto conocedor de la política medioambiental asturiana incide en la necesidad de contar con protocolos de actuación claros, con rango normativo y basados en un estudio previo de las fuentes contaminantes, sobre todo consensuados con la gran industria. Es partidario, en concreto, de que las Autorizaciones Ambientales Integradas, las resoluciones que ponen condiciones a las instalaciones industriales, "contengan medidas excepcionales para casos excepcionales". Esas licencias se revisan cada cinco años, así que tal vez, aventura, esté a punto de llegar un buen momento para que las administraciones se sienten con la gran industria y establezcan protocolos adecuados.

Acciones "ridículas"

Pontigo tiene también su propia teoría respecto a las motivaciones que impulsaron el apercibimiento al Ayuntamiento y el consiguiente cierre de la "Y" del domingo al martes, durante dos días festivos de tráfico "insignificante". Junto a quien interpreta el movimiento "en clave electoral", el representante de la Coordinadora Ecoloxista agrega la sensación de que en la administración regional "estaban llevando tantas críticas por su inactividad en esta materia que quisieron hacer ver que estaban trabajando para reducir la contaminación". Lo hicieron, a su juicio, de modo "ridículo", queriendo atribuir en exclusiva a los coches las responsabilidades de una contaminación que en esa zona tiene, según los expertos, otras fuentes prioritarias y actuando sobre el tráfico en un puente sin circulación. "Que no haya un protocolo preciso", eso sí, "no quiere decir que en condiciones excepcionales no se puedan tomar medidas para salvaguardar la salud", aunque en este supuesto hubiera también otras alternativas: "A raíz de la situación de Oviedo", subraya Pontigo, "hemos hecho una consulta a la Fiscalía para aclarar por qué el Principado no alertó a los alumnos del colegio y la guardería de Ventanielles -vecinos de la estación- del riesgo que corrían".

Al decir del líder ecologista, "no vamos a tener información real mientras la administración autonómica siga ´cocinando´ los datos", escogiéndolos y siguiendo un viejo sistema que consiste, según su terminología, en "esconder" estaciones y que tuvo un ejemplo hace tiempo en Oviedo, cuando un dispositivo medidor que se disparaba en la muy transitada calle General Elorza se llevó ya en tiempos de la alcaldía de Gabino de Lorenzo al parque Purificación Tomás. Allí sigue.