Su mujer se negó a mantener relaciones sexuales y él, en venganza, le introdujo un bote spray de desodorante por el ano mientras ella dormía tras tomar unos tranquilizantes. A la mañana siguiente se despertó bañada en sangre y con un insoportable dolor abdominal. Tuvo que acudir al hospital, donde quedó ingresada debido a un traumatismo rectal con perforación. El fiscal pide para el hombre -P. M. A., de 57 años y vecino de la localidad de Llandones, en la parroquia de Molleda (Corvera de Asturias)- una condena de 11 años de cárcel, así como 14 de alejamiento y el pago de 18.000 euros de indemnización para la víctima (de unos 45 años), por un delito de agresión sexual y otro de amenazas, ya que acudió al hospital para amenazar de muerte a la víctima.

El acusado niega que forzase a la víctima, y sostiene que todo fue parte de un juego sexual consentido. Claro que sus antecedentes no contribuyen precisamente a ayudarle, ya que P. A. M. está cumpliendo ahora mismo una condena de seis meses de cárcel por agredir a otra mujer.

Para entender un poco esta historia es preciso señalar que la pareja ha tenido sus avatares por el consumo de sustancias. Estuvieron juntos durante veinte años, durante los que llegaron a tener tres hijos. Luego estuvieron ocho años separados, pero en diciembre de 2012 decidieron reanudar su relación, motivo por el que la mujer se instaló con sus hijos en la vivienda del ahora acusado.

El día de los hechos, el 1 de febrero de 2013, la pareja había estado tomando copas en el barrio a lo largo de la tarde y parte de la noche. Cuando llegaron a casa, a eso de las tres y media de la madrugada, y siempre según la versión que sostuvo la mujer y que recoge el ministerio público, el hombre quiso mantener relaciones sexuales con la mujer, pero ésta se negó. Como la discusión había sido muy fuerte, el hombre convenció a la mujer para que se tomase unos tranquilizantes, motivo por el que se quedó completamente dormida.

Fue entonces, según el fiscal, cuando se produjo la agresión sexual. El hombre le introdujo por el ano el bote de spray, causándole un desgarro rectal. Cuando la mujer se despertó por la mañana, a eso de las nueve y media, estaba empapada de sangre, con un fuerte dolor abdominal. Al ver que aquello no era normal, decidió ir al hospital, donde le dijeron que le habían forzado el ano con un objeto romo. Fueron tales las lesiones sufridas que debió permanecer en el hospital un total de 24 días. Fue intervenida quirúrgicamente dos veces y tardó once meses en curarse, aunque le quedan como secuelas dos cicatrices abdominales.

Las cosas no quedaron ahí, según el escrito de acusación. Unos días después de los hechos, el 13 de febrero de 2013, el procesado acudió a visitarla. Ya en la habitación se produjo una nueva discusión, durante la cual el hombre la insultó con palabras como "puta" y "zorra", para a continuación decirle que se levantara de la cama, que la iba a tirar por las escaleras y que la iba a matar. Llegó incluso a levantarle la mano con la intención de golpearla. No logró su propósito al estar presente un familiar de su compañera de habitación, que intercedió interponiéndose entre ambos y que le echó de la habitación.

La vista del juicio tendrá lugar esta mañana en la sección tercera de la Audiencia de Oviedo. La defensa, a cargo de Elena Arrieta, pedirá la libre absolución, y la acusación particular, a cargo de Ramón Triguero, la misma pena que el fiscal, más 30.000 euros de indemnización.