Pablo Fernández, natural de Salas y vecino de Felechosa (Aller), fue uno de los premiados ayer por los pelos. Esperó hasta el lunes para comprar lotería en la administración de la cafetería Jeyro. Tres décimos: dos para un amigo de la infancia y otro boleto para él. La elección del número fue complicada, ya que la terminal tenía casi todas la combinaciones agotadas para el sorteo navideño. "Tuve que elegir un número feo, pensé que no me tocaría", aseguró Fernández. El 43.221, con dos cifras repetidas, pero con mucha suerte. El número resultó agraciado con un quinto premio y Pablo Fernández y su amigo se llevaron 18.000 euros, 6.000 euros por cada décimo.

"No tenía previsto jugar nada, pero ya que me habían encargado un par de décimos decidí comprar yo también por si tocaba", explicó ayer Fernández. Eso mismo le había dicho a su amigo el lunes por la mañana, en cuanto adquirió las papeletas agraciadas. Paula García, hija de la lotera Rosi Mejido, ejerció de hada madrina de la suerte: "Es la primera vez que yo vendo el premio, estoy muy ilusionada y contenta por haberlo vendido a un vecino y amigo", afirmó.

Los boletos estaban ayer en la cartera de Pablo Fernández cuando mantuvo su costumbre de desayunar en el Jeyro con el sorteo navideño de fondo, en la televisión de pantalla plana que preside el conocido bar de Felechosa. Café con leche en mano, vio junto a otros clientes del establecimiento cómo salían del bombo los premios más madrugadores.

Eran las diez y diez de la mañana cuando dos niñas de San Ildefonso, Aroa y Zaira, cantaron su número. Unos minutos más tarde, sonó el teléfono de la cafetería Jeyro. Rosi Mejido atendió la llamada y, cuando colgó el auricular, también cantó premio: "Vendimos un quinto", anunció a voz en grito a sus clientes. Fernández siguió con el café y no recapacitó hasta que la lotera colgó el cartel con la cifra agraciada: "Mira que es feo este número, con dos doses ahí en medio", dijo Mejido.

Y fue entonces cuando Pablo Fernández abrió la cartera y comprobó que le había tocado un quinto premio de la Lotería de Navidad. La primera vez en su vida: "Yo no sabía que esto pasaba, creía que era todo mentira y propaganda", bromeó ayer apostado en la barra de la Jeyro, aún dando vueltas al café de puro nerviosismo.

En su cartera seguían los tres décimos. Entregará hoy dos de los boletos a su dueño: "La amistad es mucho más importante que el dinero en esta vida", afirmó con una sonrisa. A él le corresponden 6.000 euros que llegan en buena hora: "Llevo un año buscando un trabajo y tengo familia, me hacía falta", aseguró. Invertirá parte del premio en que la Navidad sea más agradable, en darse algún capricho y comprar regalos para los suyos, y el resto lo guardará. "Espero que este pellizco de la lotería sea el inicio de un año con mejor suerte".

La noticia corrió por las calles de Felechosa y muchos vecinos se acercaron a felicitarlo. También su mujer fue a la cafetería, en cuanto se enteró de la buena nueva. Ella no quiso hablar, estaba emocionada y aún no había digerido el golpe de suerte: "Casi nunca jugamos nada, pero ya tenemos previsto comprar algo para el sorteo de 'El Niño', a ver si seguimos con esta racha", bromeó el afortunado.

Rosi Mejido interrumpió entonces la conversación. La lotera, que lleva veinte años al cargo de la administración y ya ha repartido suerte en varias ocasiones, sacó de la barra una botella de sidra achampanada y preparó cinco copas para celebrarlo. Descorcharon la sidra y llenaron las copas. Brindaron por la suerte de ese número "feo" que guardaba Pablo Fernández en la cartera.