La situación en el concejo de El Franco y alrededores recuperó ayer la normalidad. Toda la normalidad posible después de haber vivido un incendio de las dimensiones del del pasado fin de semana. Todos los focos están extinguidos y los trabajos de los bomberos se centran en enfriar, sobre todo, las zonas cercanas a las viviendas, labor a la que ayudaron las débiles lluvias de ayer. El monte, aún caliente, humea, haciendo el ambiente molesto para respirar.

"Enfrió un poco, y la lluvia vino bien para ir apagando. Parece que volvemos a la normalidad", señaló Cecilia Pérez, alcaldesa del municipio más afectado del occidente. La principal preocupación para las próximas semanas es que desde descarguen fuertes lluvias que generarían el arrastre de tierra y cenizas a los ríos y al mar, aumentando el daño medioambiental.