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Javier Fernández, referente en Ferraz

La intervención del líder de la FSA marca el comité federal del PSOE por su crítica a los resultados del 20-D y al calendario de Pedro Sánchez para el congreso

Susana Díaz y Javier Fernández, en un mitin de la campaña de las autonómicas en Avilés. RICARDO SOLÍS

La presencia del líder de la Federación Socialista Asturiana (FSA) en el comité federal del PSOE del pasado lunes resultó tan breve como intensa. La intervención inicial de Javier Fernández marcó el guión del debate posterior en el que, por cierto, no estuvo presente porque quería seguir, desde primera línea, las tareas de extinción de los fuegos que castigaron buena parte de Asturias en los últimos días.

El líder de la FSA no se anduvo con eufemismos para criticar los malos resultados del 20-D y tampoco tuvo reparos en cuestionar en Ferraz las intenciones de Pedro Sánchez de aplazar la celebración del congreso federal que, en principio, estaba señalado en los estatutos del PSOE para finales de febrero. La inquietud territorial es otro de los capítulos fijos en el discurso del presidente asturiano, sobre todo ante la ambigüedad expresada por Podemos con su apuesta por la celebración de un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña.

Javier Fernández fue de los primeros en tomar la palabra. El líder de los socialistas asturianos nunca sería un buen jugador de póker. Los gestos serios que se podían ver en los recursos tomados por las cadenas de televisión, que le captaron en plena conversación con la presidenta andaluza, Susana Díaz, se plasmaron instantes después, ya a puerta cerrada y sin cámaras de por medio. Las palabras de Javier Fernández no cayeron en saco roto, pues es considerado, filas adentro, como uno de los referentes políticos y morales del partido, máxime cuando tras sus posiciones no cabe sospecha de estrategia o interés en las luchas de poder que se avecinan en el PSOE.

Es cierto que la asturiana no fue una de las federaciones que apoyó a Pedro Sánchez en las primarias de las que salió el secretario general que dio el relevo a Alfredo Pérez Rubalcaba -en Asturias ganó Eduardo Madina- pero igualmente resulta incuestionable que Javier Fernández siempre se ha esforzado en ser un respaldo para el secretario general del partido por mucho que la confianza entre ambos quedara tocada en aquella tortuosa noche de julio de 2014 cuando el líder de la FSA fue descabalgado de la presidencia del Consejo Territorial del partido, un puesto que acabó siendo para la presidenta andaluza Susana Díaz. El cierre de filas de Asturias con Pedro Sánchez, pese a ese mal trago, fue casi automático y el secretario general del PSOE no tuvo inconveniente en subrayar, siempre que tenía ocasión, el liderazgo y el ascendiente de Javier Fernández sobre el partido.

Bastante más tardó en llegar la sintonía entre los presidentes de Andalucía y Asturias, los dos únicos gobiernos del PSOE en un mapa autonómico dominado por el PP hasta las elecciones del pasado mayo. La presencia de Susana Díaz en un mitin en Avilés para apoyar la reelección de Javier Fernández, en la primavera pasada, escenificó el acercamiento de unas posiciones que habían estado tan distantes como frías. Que Podemos haya puesto todas las trabas posibles a ambos presidentes socialistas también puede haber tenido su influencia. El caso es que la relación empezó a ser fluida -"como con otros presidentes autonómicos del PSOE", precisan fuentes próximas al presidente del Principado-, y la doble cita socialista, la reunión de Sánchez con los secretarios generales del pasado domingo y el comité federal del pasado lunes, reflejó llamativas coincidencias de Javier Fernández con Susana Díaz pero también con otros mandatarios autonómicos del partido como Ximo Puig (Valencia) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha).

No todo son voces críticas con la decisión de Pedro Sánchez de retrasar el congreso hasta que se despejen las incertidumbres sobre el Gobierno de España. "Es una postura lógica, tampoco se habla de retrasarlo un año y en cuanto a los resultados del 20-D, el PSOE afrontó esa cita en una situación muy compleja, con muchos intereses", asegura un dirigente del socialismo asturiano, que defiende la labor desarrollada por Pedro Sánchez en los últimos dos años: "Se ha dejado la vida y el pellejo, ha recorrido España varias veces y ha hecho frente a muchas influencias y a mucha inversión para que el PSOE no levantara cabeza".

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