La estadística no tiene memoria de un diciembre menos frío. Los registros meteorológicos retroceden todo lo que pueden, hasta cuatro décadas, y no encuentran nada que iguale la media calurosa de hasta 14,7 grados medida el mes pasado en Asturias. El valor está tres grados por encima de los registros normales del periodo, se parece al promedio de temperatura habitual de los meses de mayo y completa la anomalía térmica con la sequía, dado que llovió un ochenta por ciento menos de lo común en los diciembres a orillas del Cantábrico.

Esos 14,7 grados son la media del mes pasado en Gijón, la más alta de las principales poblaciones asturianas. Allí se recogen datos desde 2002 y nunca un diciembre había sido más cálido. En Avilés, sus 13,6 grados de media no encuentran parangón desde 1968, fecha de inicio de la acumulación de registros, ni en Oviedo los 12,6 desde 1972. Tampoco las temperaturas máximas computadas, de hasta 18,8 grados de media, ni los promedios de las mínimas, que apenas rebajaron los nueve. Nada que ver con el panorama habitual del mes que cambia el otoño por el invierno.

Así fue cómo el potente anticiclón que bloqueó las borrascas y avivó el viento del sur durante prácticamente todo el mes se llevó por delante todas las estadísticas del calor anormal en diciembre. No fue el mes de su rango más seco de los que queda constancia y con él se cerró un año atmosféricamente diferente más por el calor que por la sequía. La precipitación se movió en 2015 dentro de los registros habituales, pero las temperaturas se marcharon sensiblemente por encima de lo normal. Gracias sobre todo a las copiosas nieves del invierno y al agua abundante de la primavera, las lluvias de 2015 se mantuvieron más o menos en los niveles que se consideran usuales atendiendo a los promedios de referencia, pero el conjunto del año recién finalizado resultó anormalmente cálido.

Los 13,9 grados de media registrados en Oviedo en el resumen de 2015 superan en seis décimas el promedio anual de las últimas tres décadas. La diferencia es idéntica en Gijón, donde los 15,4 grados del año pasado desbordan los 14,8 considerados normales, y se dispara en la estación meteorológica del Aeropuerto de Asturias, donde la temperatura del año subió un grado respecto a la usual, 14,5 frente a 13,5.