Contra el fraude de los alumnos, un software anticopia. Al problema registrado en los exámenes de la Universidad de Oviedo, donde el uso de medios electrónicos para aprobar ha llevado a tomar medidas por parte de algunos centros, se suma ahora una nueva propuesta para evitar las copias "descaradas" también en proyectos fin de carrera. Profesores de la institución docente se han dirigido al vicerrector de Estudiantes para implantar lo que denominan "un sistema preventivo" que consiste en un programa de software antiplagio que permitirá determinar la originalidad de los trabajos fin de grado y fin de máster y que se podría hacer extensivo también a las tesis doctorales.

Uno de los primeros centros en tomar la iniciativa ha sido la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón. Su director, Juan Carlos Campo, entiende que existe "receptividad" desde el Rectorado pero también reconoce que las dificultades económicas de los últimos tiempos pueden impedir su puesta en marcha inmediata "pero no tardaremos en verlo", sostiene Campo.

El plagio no siempre es fácil de identificar. Las grandes dosis de información que se manejan en una institución como la Universidad de Oviedo impiden a sus responsables acudir a la totalidad de fuentes originales para consultar la veracidad del contenido de determinados proyectos. Solo en el curso pasado, en la Politécnica de Gijón finalizaron sus estudios medio millar de alumnos que tendrían que presentar sus respectivos proyectos fin de grado o fin de máster. Además, las exigencias constantes en cuanto a tiempo y forma de los trabajos con el sistema "Bolonia" contribuye en ocasiones a la realización de acciones contra los derechos de autor, reconocen en círculos académicos. El sistema de software anticopia "sería un filtro más, no genera problemas adicionales", subraya el director de la Politécnica de Gijón. Si bien este método "dificulta las cosas" a los infractores se puede decir que no resulta completamente infalible. "La idea es que no se tolere este tipo de acciones", remarca Campo sobre las incidencias en los proyectos fin de carrera pero también en las pruebas de evaluación. "Copiar no es tan cuestionable como debiera ser en España", según el director de la Politécnica de Gijón.

Para atajar el problema de las "telechuletas", el decano de Derecho, Benjamín Rivaya, apunta una solución: "Los exámenes orales". En este centro cuando hubo problemas en cuanto uso de medios electrónicos en las evaluaciones se llevó el asunto a Junta de Escuela. Además existe una prohibición tácita de mantener encendido el teléfono móvil en el aula aunque "muchos lo hacen", sostiene Rivaya. En el campus de Gijón se elaboró un protocolo de actuación para estos casos. Algún profesor ha llegado incluso a requisar móviles pero lo cierto es que realizar esta acción, aunque beneficiosa a corto plazo, puede concurrir en problemas legales.

Los docentes entienden que resulta "complicado" tomar precauciones contra el sistema de copia apoyado en medios electrónicos. "Los profesores ya son extremadamente cuidadosos", reconoce Benjamín Rivaya. "El problema es que los móviles añaden la posibilidad de copia masiva", afirma Juan Carlos Campo.

En Medicina, donde se pusieron inhibidores que luego hubo que retirar su decano, Alfonso López Muñiz, es consciente de que se trata de "un tema delicado y parece ser que no todo vale para frenar estos métodos".