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Villabona se queda tres meses sin pastoral penitenciaria

Familiares de la UTE avisan de que apelarán al Papa si no se restablece a los miembros, que apoyan a la asociación

Un módulo de Villabona. J. R. SILVEIRA

El modelo original de la unidad terapéutica y educativa de Villabona se ha quedado sin otro apoyo en el interior de la cárcel, los miembros de la pastoral penitenciaria. El responsable de esta delegación diocesana, el jesuita José Antonio García Quintana -que se hizo cargo de la misma el pasado mes de junio-, ha decidido suspenderla durante tres meses "después de consultar con muchas personas y visto el cariz y desajustes continuos en el funcionamiento", según ha escrito a sus miembros. El delegado convocará una reunión para marcar las líneas de actuación. Las personas que accedan a este grupo deberán realizar un curso de formación y aceptar las reglas. Los carnets para acceder a la prisión han sido retirados y no serán renovados hasta que el grupo reanude su actividad.

La Asociación de Familiares y Amigos de la UTE de Villabona considera que se trata de un paso más en el desmantelamiento del modelo original de este servicio, puesto que los miembros de la Pastoral se habían alineado a favor de mantener el espíritu de la unidad, frente a los nuevos presupuestos planteados por Instituciones Penitenciarias. La asociación pide la Iglesia asturiana que rectifique, puesto que la decisión no se corresponde con la nueva línea establecida por el Papa Francisco, al que aseguran que apelarán si no se restablece la situación.

Para la asociación, la suspensión es "un cuestionamiento intolerable del trabajo que los miembros de esta Pastoral vienen desarrollando en Villabona desde 1998, no sólo en las UTE sino en todo el centro, con el total reconocimiento de las personas internas, de los profesionales así como del resto de las organizaciones sociales que colaboran en este medio".

Según la asociación, los miembros de la Pastoral han exhibido "una dedicación y compromiso que ha ido más allá de la mera actividad asistencial, implicándose en la labor transformadora que representa este proyecto que ha hecho posible durante tantos años la reinserción de cientos de personas".

Los partidarios del modelo original de la UTE consideran que "el vacío que este colectivo de la Pastoral deja en la prisión genera en las personas internas frustración y un sentimiento de abandono y por lo tanto pérdida de credibilidad hacia una organización que nunca les había fallado".

Los miembros de la Pastoral no solo acompañan a los presos en su proceso de cambio, sino que desarrollan actividades docentes y realizan todo tipo de gestiones con familiares e instituciones. La asociación de familiares acusó al delegado de Pastoral de "falta de sensibilidad" por dejar "tirados" a los reclusos, y no descarta que la medida de suspensión "haya surgido de un acuerdo con la dirección para eliminar a las personas que más se han significado en la defensa de la UTE".

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