"Tengo muchos problemas para comunicarme con él, no he podido preparar la defensa", aseguró ayer la letrada Ana García Boto, defensora de José Ángel Fernández Villa, para explicar el deterioro que sufre el exlíder minero, una mala salud neurológica "irreversible y progresiva", con un pronóstico muy negativo. Esta situación le pone muy difícil el trabajo a la letrada, que tendrá que defender a Villa, según dice, con los documentos que pueda aportar, pero no con su versión. Da por hecho que Villa no podrá declarar, ni en el Juzgado ni en su propia casa o el hospital.

La titular del Juzgado número 2 de Oviedo, María Simonet Quelle Coto, a la vista del informe elaborado por el médico forense -que examinó al exsindicalista en su casa el pasado viernes y cuyos detalles no han trascendido-, acordó ayer suspender la prevista declaración de Villa en la querella por apropiación de casi 360.000 euros presentada por su antiguo sindicato, el SOMA, y pidió además pruebas adicionales para establecer si es responsable y puede someterse a un proceso penal.

La incomparecencia era "esperada" por todos los letrados, tras la presentación el pasado jueves de un escrito que informaba de la imposibilidad de que Villa acudiese al Juzgado debido a sus "padecimientos médicos irreversibles". Las partes se han quedado sin conocer el alcance de la patología que sufre, un dato que la defensa trata por todos los medios de mantener en secreto, al ser información que atañe a la intimidad del exsindicalista. De hecho, ayer estaba previsto que se leyese a los letrados personados el informe del servicio de Neurología del HUCA que justificaba la imposibilidad de Villa de presentarse en el Juzgado.

A última hora de la tarde de ayer, aún no se había comunicado a los letrados la providencia de la magistrada por la que suspendía la declaración y los motivos de la misma. Al parecer, por una avería en Lexnet, el sistema de gestión de notificaciones telemáticas a los profesionales de la Justicia.

La letrada de Villa aseguró que cree que "no va a poder comparecer", aunque añadió: "Ojalá, porque eso significaría una mejoría en su estado". Boto aseguró que se trata de una "defensa un poco peculiar", puesto que no puede contar con su versión de los hechos. La letrada presentó ayer un escrito en el que exige a la magistrada que evite las filtraciones desde el Juzgado de documentos relativos al estado de salud de su defendido.

Por su parte, el SOMA seguirá "hasta el final" con la querella contra Villa y el exsecretario del Infide (fundación ligada al sindicato y creada por Fernández Villa), Pedro Castillejo, aunque se confirme finalmente que el exlíder minero es inimputable y no puede ser considerado responsable penalmente, según indicaron Luis Llanes y Miguel García Vigil, los abogados del sindicato en ese asunto. Los letrados esperan que el informe forense con el que contó la juez para suspender la comparecencia, y que abundaría en el mal estado de salud del exsindicalista, se complete con pruebas adicionales.

Villa, que está siendo investigado por la Fiscalía Anticorrupción en relación con el afloramiento de 1,2 millones de euros en la amnistía fiscal del Gobierno de 2012, ya utilizó el argumento de su mala salud neurológica para no comparecer ante la comisión del Parlamento regional que trató de encontrar respuestas a su insólito enriquecimiento. En aquella ocasión esgrimió un informe médico que hacía referencia a un "síndrome confusional". En aquel momento, el 21 de octubre de 2014, Villa ingresó en urgencias del HUCA "muy pálido y sin saber muy bien dónde estaba". Salió cinco días después, en silla de ruedas y por la puerta de atrás, con la inestimable ayuda del personal sanitario.