La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

OLGA GARCÍA MORENO | Impulsa el primer equipo de Gran Historia de la Universidad

"Falta una síntesis del conocimiento para explicar mejor fenómenos globales"

"La Gran Historia, que es el enfoque de Carl Sagan, nos atrae porque queremos saber cuál es nuestro lugar en el cosmos"

Olga García Moreno. LUISMA MURIAS

El geólogo Walter Álvarez, profesor emérito en Berkeley con orígenes en Salas, es un mito viviente de la ciencia actual. Junto a su padre Luis Walter Álvarez, premio Novel de Física, es autor de la famosa teoría de la extinción de los dinosaurios a consecuencia de los cambios climáticos causados por el impacto de un meteorito en la Península del Yucatán. Hoy, a sus 76 años, su gran pasión es una nueva disciplina científica, la Big History, la Gran Historia. Fue él quien animó durante una estancia en California a la asturiana Olga García Moreno, profesora de Geología de la Universidad de Oviedo, a dar un impulso en España a este nuevo enfoque científico. Ella le hizo caso. Una quincena de docentes de la institución académica asturiana ya han empezado a coordinarse para trabajar en esta novedosa aproximación al saber.

-¿Qué es la Gran Historia?

-Es un intento de unificar todo lo que conocernos desde el Big Bang hasta la actualidad. Intentamos buscar los eventos más relevantes de la historia que nos permiten explicar cuál ha sido la evolución de este universo, desde unas formas muy sencillas (materia y energía) hasta otras mucho más complejas, la sociedad moderna.

-Walter Álvarez saltó del estudio de la extinción de los dinosaurios a la Big History, ¿qué tiene que ver?

-Es el ejemplo típico de Gran Historia. Quiso adentrarse no solo en los procesos geológicos, también en la evolución de la vida y en cómo puede condicionar el resto de la historia de los seres humanos. Si no hubiera caído ese meteorito usted y yo no estaríamos aquí.

-Entonces la Gran Historia consiste, básicamente, en ampliar al máximo la perspectiva de estudio.

-Lo que te da la Gran Historia es amplitud de miras. No te pierdes en los detalles. Intentas dar un paso atrás para construir algo así como un mapa del conocimiento. Gracias a ese mapa podremos ubicarnos mejor y adentrarnos más en el conocimiento actual. Quizá si le pongo otro ejemplo?

-Sí, por favor.

-El caso del volcán Laki, en Islandia. Usted recordará que en 2010 hubo una erupción volcánica en Islandia que detuvo todo el tráfico aéreo de Europa. Pues eso apenas fue nada con lo que ocurrió en el siglo XVIII, en 1783. La erupción del volcán Laki duró meses, despidió toneladas de gases a la atmósfera, causó modificaciones en el clima, lluvia ácida... Pues se cree que este volcán fue uno de los desencadenantes de la Revolución Francesa al propiciar la hambruna que la precedió. Todas las cosechas quedaron destrozadas, toda la agricultura quedó afecta por ese pequeño cambio climático que hubo tras la erupción. Le hablo de procesos geológicos porque es mi disciplina, pero podríamos hablar de otras disciplinas. Por ejemplo, cómo influyó la evolución de los tipos de hierba en la evolución humana, qué ganado supo adaptarse a esa evolución, etcétera... Muchas de esas conexiones entre distintas disciplinas explican la evolución de una manera mucho más correcta que si solamente nos fijamos en una disciplina y seguimos el camino sin fijarnos qué vamos dejando a los lados.

-Pues caminan a contracorriente. Parece que la tendencia es la ultraespecialización...

-No damos la espalda a la especialización, de hecho nos alimentamos de ella. Pero sí damos un paso atrás para intentar unificarlo todo y tener una visión más integradora. Frente a la alta especialización nos falta hace síntesis del conocimiento para explicar mejor los fenómenos globales. Ese paso es necesario. Creemos que si estudiamos cómo han sido los patrones de la evolución de lo simple a lo complejo en el pasado -cómo interaccionan los procesos que ocurren en la tierra sobre los organismos vivos y sobre en la historia de la humanidad- podremos estar más atentos a lo que podría ocurrir en el futuro. Por ejemplo, no podríamos hablar casi nada sobre el cambio climático si no conociéramos los cambios climáticos del pasado.

-La Gran Historia parece un buen enfoque para la divulgación científica.

-No sólo para la divulgación, sino también la innovación docente. La Gran Historia atrae a todo el mundo. Es, por ejemplo, el enfoque de Carl Sagan. Porque a todos nos gusta saber cuál es nuestro lugar en el cosmos. Así se tradujo el libro de Fred Spier, pionero en Europa en Big History, "El lugar del hombre en el cosmos". La Gran Historia intenta dar respuesta a esa pregunta: ¿qué hacemos aquí? Es como una especie de mito de la creación moderno pero basado en el método científico. Sí, es una herramienta muy atractiva para la divulgación científica. Ahí está, por ejemplo, el caso de "Chronozoom" (una web presentada por Walter Álvarez y financiada por Microsoft Research, donde toda la historia del universo hasta nuestros días se representa en una espectacular línea temporal sobre la que se puede hacer zoom) o el Big History Proyect, financiado directamente por Bill Gates, que es uno de los alumnos aventajados de esta disciplina. Siguió un curso de David Christian, el historiador australiano que lanzó el concepto hace ya veinte años, y quedó prendado por la iniciativa. Le propuso financiar un curso on line gratuito para que todo el mundo pudiera saber de Gran Historia. Le interesaba que esto llegase a los institutos y se crearon contenidos accesibles a todos. Hoy hay cientos de escuelas de secundaria y bachillerato en Australia y Estados Unidos donde los alumnos estudian Big History como una asignatura más.

-¿Y qué gana un alumno?

-Todos son ventajas. Gracias a esa amplitud de miras el alumno por fin comprende cuál es la importancia de estudiar química, de estudiar biología, de estudiar economía. Porque entonces es capaz de relacionarlo todo. Llegan a ese momento que los americanos llaman el "aha moment", el momento en que logran relacionar y dar sentido a la especialización. Aparte se fomenta el espíritu crítico ya que todo lo que se enseña a través de Big History debe de estar basado en métodos científicos. Son los propios alumnos los que deciden qué afirmaciones son válidas y cuáles no lo son para construir esta gran historia. Los profesores no les imponen: les dan las herramientas para discernir. Es una herramienta pedagógica muy potente.

-¿Y usted qué aprende de su relación académica con Walter Álvarez?

-Es una persona muy cercana pese a ser tan importante. Tendría el Nobel si hubiera un Nobel de Geología. Lo que he aprendido de él ha sido la importancia de esa amplitud de miras. Cómo podemos alcanzar un mayor conocimiento si todos intentamos conectar nuestras respectivas investigaciones.

Compartir el artículo

stats