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MAESTROS Y DISCÍPULOS | VICENTE GOTOR & IVÁN LAVANDERA

Gotor: "El investigador nunca está bien valorado, es un trabajo silencioso"

Lavandera: "Irse fuera está muy bien; el problema es que el retorno ahora está más complicado"

Iván Lavandera, a la izquierda, y Vicente Gotor, en el laboratorio de su equipo de investigación en la Facultad de Químicas. Luisma Murias

Laboratorio 349 de la Facultad de Química. De fondo, se escucha "Pájaros de barro", de Manolo García. Media docena de jóvenes buscan respuestas a los problemas planteados en su trabajo de tesis. Casi ninguno de ellos repara en la llegada del Rector, Vicente Gotor, fundador del grupo de Química Biorgánica que ocupa este laboratorio. Una vez a la semana repite visita de puesta al día. Con algunos de los doctorandos más jóvenes está Iván Lavandera, uno de los pesos pesados del equipo, aún en la treintena y que tuvo a Gotor como director de tesis. Uno y otro, maestro y discípulo, comparten idénticas inquietudes en su revisión al estado actual de la investigación.

"Las becas han disminuido", plantea Gotor, que puso en 1988 la primera semilla de un equipo que hoy es referente internacional en el estudio de biocatalizadores. Mientras él apura estos meses su segundo y último mandato como Rector de la Universidad de Oviedo, Iván Lavandera y los otros senior en el equipo (cuatro de ellos acreditados para catedrático) mantienen los pilares de un grupo muy volcado en los procesos de biocatálisis, que presentan una aplicación muy directa en la industria farmacéutica. El problema, apunta el joven, "es que cada vez hay menos gente que pueda hacer tesis". Eso acaba mermando los recursos del grupo.

Las ayudas económicas han bajado pero es la falta de capital humano lo más temido en la Universidad de Oviedo. "En los últimos 20 años habíamos avanzado de forma vertiginosa en España, y en los últimos cinco la inversión en ciencia y tecnología cayó en picado", explica el jefe de grupo. Su discípulo no ve mucho mejor el panorama: "Se necesitará mucho tiempo para volver a la etapa anterior", advierte Iván Lavandera, aunque destaca que la mayoría de los que pasaron por su grupo y leyeron su tesis se han colocado.

Unos se han ido a Alemania, otros a Italia, también a Gran Bretaña y Estados Unidos. Pero no es una pérdida de talentos. En todo caso, talento exportado. "Somos uno de los grupos con mayor número de ´ramones y cajales´ (investigadores de excelencia atraídos al sistema de ciencia español)". "En otros grupos de investigación no tienen ni un solo ´ramón y cajal´ ", expone Gotor antes de detallar con el orgullo del buen maestro cómo Lavandera ocupa uno de esos lugares destacados entre ellos. Publica "mucho y bien" y recuerda que el profesor Wolfgang Kroutil, de Austria, es uno de los coautores habituales de los artículos científicos de Iván Lavandera.

Maestro y discípulo desarrollarron caminos paralelos, aunque en tiempos diferentes, para llevar al grupo de Biorgánica a la élite de la investigación. Gotor hizo las maletas en 1975 para instalarse durante dos años en el Instituto Max-Planck de Alemania. Iván hizo lo propio en otro destino europeo tres décadas después, en 2005. Fue a la Universidad de Graz, en Austria. "Irse fuera está muy bien, no solo en lo profesional, también en lo personal. El problema es que ahora el retorno está más complicado", reflexiona. Él sí tuvo la oportunidad del retorno cuando en 2008 Vicente Gotor le ofreció incorporarse al grupo de Biorgánica. "Es un grupo puntero en el ámbito europeo", subraya.

Pese a su referencia como élite investigadora es el maestro quien realiza un nuevo apunte negativo. "El investigador nunca está bien valorado. Es un trabajo silencioso que requiere de mucho esfuerzo y a no ser que se obtengan resultados espectaculares que se publiquen en revistas de alto impacto, a veces la sociedad no se da cuenta de todo ese potencial que existe en la Universidad", reflexiona Gotor. Habla como investigador, no como Rector.

Iván Lavandera interviene entonces para introducir un matiz de autocrítica: "Es cierto, no se conoce lo que están haciendo la mayoría de los grupos de investigación, quizá tenemos parte de culpa nosotros". Gotor argumenta que en este tiempo se ha hecho un importante esfuerzo y "se mejoró" en la comunicación de la ciencia que se hace en la Universidad de Oviedo.

Ambos coinciden en las posibilidades más altas de hallar "un gran trabajo" de investigación en revistas de alto impacto, pero a veces no tienen la misma trascendencia avances con una aplicación más directa y una trasferencia de tecnología casi inmediata que ni siquiera aparecen en esas revistas. "Desde nuestro grupo se dio mucha importancia a las patentes, a los contactos con empresas nacionales, internacionales y también locales", detalla Gotor. Aun así, cree que en España "se patenta poco".

Iván Lavandera ha vivido esa necesidad de introducirse en la maquinaria universitaria para avanzar en la carrera investigadora."El defecto de España es que la empresa tenía que estar más metida en la Universidad para poder hacer tesis cotuteladas", opina Gotor. Eso y la falta de fondos han desmotivado a muchos. "Lo más preocupante es que ocurra en gente joven, con una etapa brillante en el extranjero", explica. "Si no los apoyas, ahí estás perdiendo talento. Se ha ido gente fuera y lo ideal sería que pudieran regresar", continúa.

A partir de abril, cuando se conozca quien será el próximo Rector de la Universidad de Oviedo, Gotor promete volver a su facultad a diario. "Voy a divertirme mucho._Esto nunca lo he dejado porque siempre he tenido la suerte de hacer lo que me gusta". La suya es ciencia a conciencia.

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