"No me consta nada con putiferios ni con putas y varios". Fue la respuesta cortante, como si se defendiese de una ofensa, que ofreció ayer el exalcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, cuando la juez Pilar de Lara le preguntó por las anotaciones de su amigo Joaquín Fernández sobre el polémico viaje a Croacia. Caunedo vivió ayer en los Juzgados de Lugo una auténtico tercer grado, con una instructora interesada en conocer hasta el más mínimo detalle de todo lo que rodeó aquellos tres periplos vacacionales que hizo en 2009, así como todo lo relativo al perdón municipal de los avales a Tribugest -del grupo Aquagest-, meses después de que el Ayuntamiento de Oviedo tuviese ganado el pleito con la empresa. Aquí, el exalcalde negó cualquier responsabilidad y apuntó a otros: "Firmé lo que firmé porque la Junta de Gobierno, como órgano colegiado, aceptó el informe del interventor". Y no hubo forma de sacarle de ahí, por más que la juez le buscó las vueltas. Hasta el punto de que Caunedo, quizá cansado, terminó respondiendo, varias veces: "Ya le he contestado lo que podía contestar"; o: "No le puedo decir más de lo que le he dicho".

Caunedo fue el único de los cinco convocados en la jornada de ayer que contestó a De Lara. Ésta indagó en aspectos que podrían considerarse íntimos. Por ejemplo, quiso saber qué tipo de relación le unía a Cristina García Montes, que le acompañó a él, a Manuel Pecharromán -su "mejor amigo", exconcejal del PP en Gijón- y Joaquín Fernández en el viaje a Nueva York. "Es amiga mía", contestó. "¿Tuvieron una relación sentimental o de pareja?", preguntó De Lara. "No", respondió Caunedo. Y luego la juez se interesó por los detalles del viaje: "¿Cómo durmieron ustedes?". Y Caunedo indicó: "En dos habitaciones. En una habitación triple Joaquín, Manuel y yo. En la otra, Cristina". La juez: "¿Hicieron bote?". Caunedo: "Pusimos cada uno 200 euros. Alguna comida la pagamos del bote, otros días, cada uno lo suyo".

La juez quiso saber cómo surgió la idea del viaje -fue en una cena-, por qué se encargó Joaquín Fernández de arreglar el viaje -porque había tenido una agencia de viajes y sabía cómo conseguir mejores precios-, cómo se compraron -se encargó Joaquín-, cómo se pagaron... "Cada uno pagó lo suyo. Entre todos pusimos algo más porque hubo un problema con los billetes y para la parte de Cristina", indicó Caunedo.

¿Y cómo pagaron a Joaquín? Caunedo indicó que le dio 3.500 euros en efectivo antes del viaje y otros 2.000 después del mismo. ¿De dónde sacó el dinero? Los 3.500 de una cuenta de su madre, unas compras que iba a realizar meses atrás pero no se llegaron a hacer. ¿Quien sacó el dinero? "Mi madre, en dos veces", dijo. El de Croacia lo pagó con 1.500 euros que le dieron sus tías por su cumpleaños. "Me criaron desde los nueve años, y es el día de hoy que voy a comer con ellas los domingos. No fue el único regalo que me hicieron", indicó. ¿Cuándo sacaron el dinero? "El mismo día del cumpleaños o al día siguiente", contestó. ¿Y no lo metió en una cuenta? "¿1.500 euros? Los guardé en casa", dijo.

Fue un duelo que duró casi hora y media, con momentos tensos. De Lara tuvo que recordarle a Caunedo su situación de investigado. La juez le había pedido que explicase el contenido del informe del interventor que aconsejaba perdonar a Tribugest, y Caunedo respondió: "Yo no puedo explicarle el informe. Usted lo tiene". Y la juez repuso: "Yo no vengo a declarar, es usted el que lo hace".

Hubo otros momentos embarazosos. La juez estuvo muy interesada en conocer la naturaleza de las relaciones entre la presidenta del partido, Mercedes Fernández, y Joaquín Fernández. Y también con la relación que su exesposa, Isabel Pérez-Espinosa, pudo tener con Aquagest a través de AcuaNorte. Un tanto descolocado cuando le preguntaron por Mercedes Fernández, contestó que su relación era "profesional", que no tenía amistad, y que era una "persona diligente y trabajadora". Sobre una comida del Desarme pagada por Joaquín al exalcalde, Pérez-Espinosa y Rodolfo Sánchez, exjefe de prensa de Gobierno municipal, contestó: "No me consta".