El susto fue grande, pero se quedó sólo en eso: un susto. El fuerte viento que se originó la tarde del sábado dejó asombrados a los vecinos de los concejos ribereños de la desembocadura del Nalón, Soto del Barco y Muros. "Era como un ciclón", explicó ayer por la mañana un sotobarquense mientras limpiaba su patio lleno de ramas y hojas de árboles. "Volaron tejas, adornos que tenemos por el patio... Hacía tiempo que no habíamos visto nada así. Y todo de repente". Afortunadamente hubo pocos y pequeños daños. Lo más destacado, dos árboles que se cayeron la tarde del sábado en medio de la carretera de Muros al mirador del Espíritu Santo. "Fue sólo eso y en poco más de una hora se retiraron y se abrió la vía", explicó la alcaldesa, Carmen Arango. "No hubo nada más importante que lamentar y menos mal, porque el viento fue tremendo". Uno de los efectos más visibles ayer por la mañana del viento era la carretera de Galicia (N-632), llena de ramas y hojas.