Tercer día de temporal y tercer día con desperfectos en la costa asturiana. Las intensas lluvias provocaron inundaciones en la carretera que une Valdesoto con Carbayín en Siero, el oleaje arrancó baldosas en el paseo del Muro en Gijón y el viento removió la basura y la arena en las playas de Llanes. Todos ellos fueron daños menores, pero que dejan a la región tocada tras una semana de duras condiciones meteorológicas. El Principado hizo ayer un primer balance de "heridas" en la fachada marítima de la región. La marejada afectó a ocho de los 24 puertos autonómicos.

En el repaso efectuado por el consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, lo más grave son las dos oquedades abiertas por las olas en el dique de La Encoronada, que separa las playas Segunda y Tercera de Luarca, y el hundimiento de un barco fondeado en Puerto de Vega. Además en Figueras, según detalló Martínez, el mar deterioró un módulo del pantalán flotante, de Viavélez se llevó veinte metros de barandilla y ocasionó desperfectos en la rampa del carro de varada y en Tazones dañó una tapa de registro de alumbrado y la pilona de acceso al puerto. También hubo incidencias en Candás, Llanes y San Esteban de Pravia.

A esta lista hay que sumar los desperfectos que el temporal ocasionó ayer en una parte de la región. En Siero, la carretera SI-11 tuvo que ser cortada a la altura de la zona de El Bayu, entre Valdesoto y Carbayín ante el desborde un arroyo cercano en torno a las seis de la tarde. Al cierre de esta edición una pala excavadora trabajaba para tratar de bajar el nivel del agua y restablecer el tráfico. No se trata de un hecho puntual, pues desde hace varios años este suceso se repite en las jornadas de copiosas lluvias debido a que el paso de las vías del tren impide que el agua fluya correctamente. Sin ir más lejos, el último corte tuvo lugar a mediados de enero.

En Llanes, las olas entraron el pequeño paseo que rodea la playa de El Sablón, cubriendo el cemento con una densa capa de arena. Algo similar ocurrió en la zona del arenal de Toró, mientras que en el entorno de Barru movió contenedores y arrancó de cuajo un pivote de medición de piedra. Por su parte, en el puerto llanisco, la única incidencia registrada afectó a la caseta del carro de varada. El oleaje reventó el portón de esta infraestructura.

En Luanco, la marea volvió a golpear el centro de día, ubicado en la playa de La Ribera. El edificio sufrió cuantiosos daños como la rotura de las cristaleras, algo habitual con las grandes mareas, de ahí que la oposición haya solicitado al gobierno local que mueva sus hilos para trasladar cuanto antes este servicio público a Peroño. En la localidad vecina, Candás, los accesos al puerto estuvieron acordonados para evitar sustos. El temporal afectó únicamente a varias lanchas que se fueron a pique. Mientras, en Castrillón, después de dos días, la Policía Local reabrió al tráfico el túnel de Arnao.

Por último, en Gijón el viento y el oleaje deja pérdidas económicas de 12.000 euros, según las estimaciones que hizo ayer el concejal de Obras de Infraestructuras, Manuel Arrieta. Los daños se registraron sobre todo en el paseo del Muro, donde las olas arrancaron parte de la valla y algunas baldosas del pavimento. Estos daños supondrán un desembolso de 5.200 euros de obra civil. A ellos se suman los más de 6.800 euros que costará la reposición de once tulipas de farolas y la columna arrancada de cuajo en el paseo. También será necesario reponer trece postes de madera en la zona verde de El Rinconín.