La marcha atrás del tren de vía estrecha en Asturias no encuentra frenos. El imparable retroceso en el número de usuarios -más de 160.000 perdidos solo durante el pasado año- amenaza con comprometer la pervivencia del servicio tal y como está concebido, con un centenar de estaciones, repartidas en cinco corredores de cercanías, de las que poco más de la mitad superan la decena de pasajeros de media al día.
Tras el nuevo desplome de usuarios en 2015, las cercanías de la antigua Feve -compañía integrada en Renfe y en el Adif desde 2013- suman ya menos del 50% de los viajeros que tenían hace tan solo una década. Y es que si en 2005 se subieron a sus trenes 4,86 millones de pasajeros, el año pasado no se llegó ni a los 2,2 millones, según los datos provisionales de un ejercicio en el que se registraron retrocesos mensuales que llegaron a superar los 30.000 usuarios con respecto a los datos de 2014.
Ferroviarios, expertos y usuarios habituales del ferrocarril achacan la creciente sangría de viajeros a la falta de inversión en una infraestructura y un parque móvil que se han quedado obsoletos; a unos trazados en los que apenas se han realizado mejoras en las últimas décadas, y a un modelo de explotación en el que se no priman los enlaces semidirectos entre localidades de pequeño y mediano tamaño.
Además, los problemas con los trenes provocan numerosas cancelaciones de las que los viajeros no llegan ni a ser informados, ya que en la mayor parte de las estaciones de la red no queda personal ferroviario que atienda a la clientela.
El comité de empresa de Renfe ancho métrico (la antigua Feve) viene reclamando sin éxito un pacto político y social para salvar un servicio que se viene deteriorando al mismo ritmo que pierde usuarios. Es decir, a toda velocidad.
En la tupida red de cercanías de vía estrecha de Feve hay medio centenar de estaciones que no llegan a los 15 viajeros al día y en las que, pese a ello, se detienen decenas de trenes, con frecuencias que, incluso, están por debajo de la hora. La proliferación de apeaderos hace que la mayor parte de los convoyes paren, de media, cada dos kilómetros de recorrido, lo que explica en muy buena medida que sean los más lentos de España. Oficialmente, su velocidad comercial es de 44 kilómetros por hora, pero hay numerosos tramos en los que no llegan ni a los 30 por hora.
El colectivo de pasajeros "Asturias al tren" aboga por dar una "vuelta completa al servicio", que incluya la supresión de las paradas en el 19% de los apeaderos de la red y haciendo que sean facultativas en otro 18%.
Así, entre Gijón y Cudillero plantea eliminar las paradas de Xivares y de Perlora para los semidirectos, salvo en julio y agosto, haciéndolas facultativas para el resto de servicios. En ese mismo corredor, la asociación propone que los trenes dejen de detenerse en Centro de Transportes, Zanzabornín, Cristalería, Vegarrozadas, Santiago del Monte, Los Cabos y El Pito. Además, pasarían a ser apeaderos facultativos Tremañes, Veriña, Aboño, Regueral, Riberas, Peñaullán, Santianes, Xivares y Perlora.
En la línea de Gijón a Pola de Laviana, "Asturias al tren" aboga por suprimir los apeaderos de Sotiello, Puente Buracos, La Florida y Xixún, así como por la conversión en facultativas de las paradas de Pinzales, La Aguda, Bendición, Valdesoto, La Curuxona, Carrocera y San Martín. Entre Oviedo e Infiesto la propuesta consiste en suprimir las paradas de Fonciello, El Remedio, Fuente Santa, Ceceda y Pintueles, pasando a facultativas Los Corros, La Carrera, Llames y Carancos.
Por lo que se refiere a Trubia-San Esteban, se propone dejar sin servicio a Las Mazas, San Pedro de Nora, Vega de Anzo, Aces, San Ranón y Peñaflor. Quedarían como paradas facultativas las de Soto de Udrión, Santa María de Grado, Peñaflor, Sandiche y Beifar. Finalmente, la asociación propone que en el corredor de Collanzo a Baíña sean facultativas las estaciones de La Pereda, Ujo, Santa Cruz, San Antonio, Piñeres y Santa Ana.
El Gobierno del Principado también reclama al Ministerio de Fomento más servicios semidirectos, pero sin supresión de estaciones ni apeaderos.
