La Fundación Cajastur dispone de un millón de euros de presupuesto para sus actividades, en las que se antepone la obra social de forma prioritaria, y, en segundo término, el apoyo a la investigación, explicó Manuel Menéndez. En la medida que la economía crezca y el sector bancario mejore, los recursos para la Fundación crecerán, vía dividendos, en beneficio, dijo, de Asturias.

Menéndez justificó el cierre de centros de jubilados porque tenían una asistencia muy baja (los usaba entre el 1,83% y el 2,97% de sus beneficiarios) con un coste alto (1,5 millones) y para cumplir funciones cubiertas por otras entidades pública, salvo en Avilés, donde se firmó por ello, explicó, un convenio con el Ayuntamiento para mantenerlo abierto.

Sobre Soft Computing, aseguró que no fue la Fundación Cajastur la que decidió su cierre, sino el patronato de la propia Soft. Cajastur se comprometió a aportar, dijo, 6 millones en seis años hasta que Soft lograra desarrollarse como "centro de excelencia" y obtuviera otras fuentes de ingresos. "Desde 2012 avisamos a Soft que debía obtener otros ingresos porque nosotros ya habíamos cumplido con creces nuestro compromiso: aportamos más de medio millón más de lo comprometido. Hubiésemos estado dispuestos a seguir acompañando pero no con esa cuantía, que habría que quitar de otros fines", señaló Menéndez.