La Unión Europea compara entre iguales, entre regiones del continente similares por sus niveles de riqueza, y concluye que Asturias pierde la batalla de la educación básica, la de la vivienda, la de la confianza en el sistema político y judicial y entre otras muchas también las de la corrupción, el acceso a las telecomunicaciones o la proporción de jóvenes que no estudian ni trabajan. Un estudio de la UE sitúa al Principado por encima de la mitad de la tabla española, sexta, en una clasificación donde puntúa una acumulación heterogénea de doce parámetros agrupados bajo el paraguas del "índice de progreso social", un indicador a escala regional de las condiciones de vida en el continente, pero a la cola de Europa en varios epígrafes clave. Habla de sanidad, educación, derechos sociales o medio ambiente y dice que Asturias ocupa el puesto 146 entre 272 entidades de toda la Unión con 66,35 puntos sobre un máximo de cien, pero que no sale bien parada en casi ningún concepto cuando la confrontación se establece con otras 15 regiones escogidas entre las de su mismo nivel económico.

Sólo la sostenibilidad del medio ambiente y la seguridad ciudadana son sensiblemente mejores aquí que en la media de sus iguales y merecen en el informe la consideración de "fortalezas" de la región en su comparación con las demarcaciones europeas equiparables a ella en Producto Interior Bruto per cápita. En términos absolutos, no obstante, es la atención médica asturiana el concepto mejor puntuado de entre todos los examinados.

El Principado figura en la clasificación continental casi a la cola en instrucción básica -en el puesto 224 de 272 regiones- y ronda el 200 en "derechos personales", concepto que abarca entre otros la confianza en la política y en la justicia. Está igualmente más cerca del fondo que de la superficie en la satisfacción con la calidad del agua, en la incidencia de la corrupción o en el volumen de jóvenes "ninis" que no estudian ni trabajan. El sistema sanitario pasa la prueba, con 86 puntos sobre cien y el puesto 71 de Europa, y al otro extremo, el semáforo del "progreso social" reserva el verde de las "fortalezas" en exclusiva para la seguridad, donde el Principado ocupa un meritorio vigésimo puesto, y la sostenibilidad medioambiental, criterio este que tiene a Asturias vigésima sexta de Europa en buena medida por la calidad de un aire que ha sido motivo reciente de enconado debate político con sonoras críticas al Gobierno.

El examen sitúa a Asturias en el lugar 131 del ranking europeo del PIB per cápita y al nivel, entre otras, de la entidad administrativa del extrarradio de Londres, del Gran Manchester, de la Alta Normandía, Borgoña o Córcega en Francia, de la región de la antigua Alemania oriental con capital en Leipzig o del Este y Norte de Finlandia. Ahí, comparada con sus equivalentes productivos en Europa, la región es la más segura -en esta asignatura recibe una puntuación de 86 sobre cien- y la segunda con más calidad medioambiental, sólo por detrás del Este y Norte de Finlandia, pero es la peor en vivienda -por su coste, por la insatisfacción colectiva- y pincha sobre todo en el acceso a la educación básica y el abandono escolar prematuro, donde sólo figura peor tratada Umbría (Italia). Mejora hasta situarse en el lugar 106 del ranking cuando se habla de formación superior y tampoco sale demasiado maltrecha del análisis del nivel de tolerancia e inclusión -puesto 92, 75 puntos- o de la percepción de la salud y el bienestar, con 72,6 y en el puesto 141.

El análisis del "progreso social", elaborado por la UE a imagen del que se hace a escala mundial, se traduce como una síntesis de la calidad de vida y puntúa del uno al cien una multitud de parámetros relativos a la educación, la sanidad, el medio ambiente o las condiciones para el ejercicio de determinados derechos.