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En peligro las líneas de la antigua Feve al caducar la declaración de servicio público

Las rutas de cercanías de Asturias cerrarán o quedarán sólo las más rentables privatizadas, alertan los ferroviarios

En peligro las líneas de la antigua Feve al caducar la declaración de servicio público

El tren de cercanías de la antigua Feve en Asturias se arriesga al cierre y la decisión sobre él será una de las primeras que deberá tomar el próximo gobierno central. Y es que una "espada de Damocles" pende sobre los servicios férreos asturianos: el riesgo -reconocido por los profesionales del sector- de que el declive de viajeros y las carencias en la infraestructura y en el parque móvil hagan perder la condición de Obligación de Servicio Público a algunas líneas o al conjunto de la red regional de vía estrecha. Esto desembocaría de forma casi inevitable en su cierre, a la vista de los malos resultados económicos que ofrecen.

La Obligación de Servicio Público de una línea ferroviaria impone que el Gobierno central la mantenga abierta, al entender que, bajo ciertas condiciones, su relevancia social está por encima de las pérdidas económicas. En el caso de Asturias, el Ministerio de Fomento, dirigido por Ana Pastor, aprobó esa obligación para toda la red de ancho métrico y firmó a mediados de diciembre de 2013 con la operadora Renfe el acuerdo para la prestación del servicio en el periodo 2013-2015. El caso es que ese contrato caducó el pasado mes de diciembre, en plena campaña electoral y, ante la indefinición política, ha sido prorrogado a la espera de una hipotética renovación que queda sobre la mesa del próximo ministro del ramo. Al mismo tiempo, también queda pendiente el plan de liberalización del tren de pasajeros que Pastor no ha completado y que, de momento, se limita a los servicios turísticos.

"Para renovar como Obligación de Servicio Público, algo que es fundamental para el futuro del ferrocarril en Asturias, hay que cumplir una serie de estándares que pueden estar en riesgo si no se toman medidas para remontar una situación que a día de hoy es crítica", subraya un ferroviario de amplia experiencia. Es más, a su juicio, sin esa declaración el tren de vía estrecha iría irremediablemente al cierre o a la privatización, al menos, de las líneas más atractivas.

Los comités de empresa de Renfe, de la antigua Feve y del Adif han hecho un llamamiento a las fuerzas políticas y sociales de la región para salvar el tren de Asturias ante la complicada situación que atraviesa, tras haber perdido millones de viajeros en los últimos años, especialmente en las líneas de vía estrecha, pero también en las de ancho ibérico.

Mimbres hay, opinan los ferroviarios, para reconducir la situación. Pero siempre que se ejecuten inversiones y cambios de gestión que permitan mejorar los tiempos de viaje e incrementar la fiabilidad del servicio, que hoy está bajo mínimos por la antigüedad de la maquinaria y por unos trazados decimonónicos en los que apenas se llevan a cabo trabajos de mantenimiento.

Según los cálculos de los sindicatos, el tren asturiano de proximidad está en condiciones de pasar de siete a once millones de usuarios al año, con más dinero y con criterios racionales de explotación.

La mejora integral de la infraestructura ferroviaria de las cercanías precisa de actuaciones por valor de unos 1.500 millones, según los cálculos de los técnicos del Principado. Del total, 890 millones irían a la red de ancho métrico y permitirían un incremento de pasajeros del 47,10%, recuperando así los niveles de hace una década, momento en el que se inició esa interminable marcha atrás que ha dejado el número de usuarios anuales de la antigua Feve en menos de 2,2 millones anuales.

La inversión necesaria para modernizar las líneas de ancho ibérico de Renfe es de 665,7 millones de euros. De acuerdo con las estimaciones de los técnicos del Principado, la combinación de mejoras de explotación con las de la infraestructura permitiría incrementar el pasaje en un 55,60%. Hoy, las cercanías de Renfe en Asturias andan por los cinco millones de pasajeros al año.

La renovación de los tendidos es necesaria para la generalización de los servicios semidirectos, algo que los expertos consideran clave para el futuro del tren en Asturias. Baste un ejemplo: los estudios que maneja el Gobierno regional concluyen que la proliferación de esos convoyes permitirían captar 850.000 viajeros en las líneas de Renfe y unos 230.000 en las de Feve.

Además, se señalan como necesarias otras mejoras de explotación. En el caso de Feve, se mantiene el transbordo de El Berrón, en el que los viajeros pierden 18 minutos, pese a que en esa estación de Siero hay un "by-pass" que permite el enlace con Gijón de la línea Oviedo-Infiesto sin que los pasajeros tengan que cambiar de convoy. Sin transbordo, el viaje a Gijón desde Nava se quedaría en 37 minutos, tiempo más que competitivo si se tiene en cuenta que en coche ocupa una media hora.

El tren de cercanías en el Principado de Asturias vive horas críticas, pese a que el Principado es la comunidad autónoma con más kilómetros de ferrocarril por habitante y a que tiene una extensa red de cercanías que conecta las ciudades y villas del centro con 473 kilómetros de vías de ancho métrico y otros 116,9 kilómetros de ibérico. Eso no impide que el "ocho" astur sea la única área metropolitana en la que la ocupación de cada vagón de tren está por debajo de la del autobús. Además, ocho de cada diez personas que se mueven a diario por el centro lo hacen en su vehículo particular y solo ocho de cada cien lo hacen en un tren que es el más lento de España y cuya fiabilidad se hunde al mismo ritmo que la cifra de viajeros.

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