El origen de las desigualdades entre hombres y mujeres en pleno siglo XXI es "el patriarcado" y contra "esa enfermedad" es la que tiene que luchar el feminismo. Así lo asegura, por lo menos, Victoria Sendón de León, licenciada en Filosofía y militante del movimiento feminista desde los años 70, que ayer fue la encargada de abrir la jornada institucional del Día Internacional de las Mujeres, y que incluyó también la lectura del manifiesto redactado por el Consejo Municipal de la Mujer a cargo de Martín Rotella Fernández, alumno del IES Nº5 y miembro del Consejo de Infancia y Adolescencia de Avilés, y la representación del espectáculo "País Malva", a cargo de la Asociación Música Tradicional Muyeres.

"El feminismo se ha dedicado a ser el antídoto del machismo y ahí está el error, porque el machismo es un síntoma de una enfermedad más profunda. No hemos ido al fondo del origen, que es el patriarcado, basado en la dominación. Este tiene una estructura fractal, en el que un patrón se repite en todos los campos de la sociedad, como la economía, la política, la religión...", afirmó Sendón de León en un acto al que asistieron representantes del Ayuntamiento de Avilés, miembros de asociaciones y de los cuerpos de seguridad (Policía Loca, Policía Nacional y Guardia Civil).

La filósofa sentenció que la "mayor perversión" del patriarcado es la "plantilla psíquica", que "modela" a las personas ya desde la infancia. Así, Sendón de León asegura que a los niños se les educa desde la "hipertrofia del ego masculino": "Es un crecimiento desmesurado del ego. Solo hay que ver un partido de fútbol y ver a Cristiano Ronaldo. Incluso a algunos políticos. El hombre se cree tan poderoso que piensa que ser hombre es importante pero ser mujer, subsidiario". En cambio, la mujer se educa bajo "la atrofia de la autoestima": "Estamos siempre casi como pidiendo permiso, perdón. Las mujeres ya tenemos casi más títulos universitarios que los hombres pero en el poder, en el Ibex 35 siguen ellos". Y sentenció: "Las mujeres no nos consideramos lo suficientemente importantes a nosotras mismas. Nos falta autoestima. Si los cargos, en vez de dados a dedo son por oposición, estarían las mujeres en todos los altos puestos de la administración, de las empresas".

Victoria Sendón de León también afirmó que el patriarcado ha establecido la genealogía como patrimonio -"se legitima al heredero frente al bastardo, y las mujeres hemos sido siempre bastardas y nunca hemos transmitido ni la genealogía ni el apellido"- o la subsidiaridad de las mujeres y lo femenino. "Al principio de los tiempos nuestros mayor poder era parir y éramos consideradas como bienes máximos de la humanidad. Pero esto que era lo más importante se convirtió en nuestra mayor sujeción y dominio por parte de los hombres. Se convirtió en una función. Así, los hombres tienen estatus, las mujeres, funciones: amas de casa, madres, trabajadoras... Antes, si te saltabas esas funciones, te convertías en maldita o mártir o las acusaban de brujas".

Sendón de León, durante su conferencia, aseguró también que la crisis actual "es un simulacro para ver hasta dónde pueden tragar" los españoles. "Nos están conduciendo hacia un esquema de sociedad feudal", afirmó. Así, equiparó a la antigua nobleza con las grandes corporaciones y bancos y a los ejércitos, con los altos ejecutivos: "El poder adquisitivo de estas personas ha crecido un 12 por ciento durante la crisis".

Los servidores palaciegos de antaño serían ahora los sindicatos -"en esta crisis no he visto la implicación real y profunda de los sindicatos. Sí he visto al 15-M, a las mareas... pero los sindicatos han aceptado hasta la reforma laboral"- mientras que los siervos de la gleba, sería una clase media "cada vez más empobrecida". Finalmente, los excluidos de la Edad Media estarían ahora representados por los refugiados, los sin techo, "los que van a los comedores sociales"... "Estamos yendo hacia una sociedad cada vez más parecida a la feudal. La crisis es una crisis constituyente. Los gobiernos aprovecharon que la población estaba en estado de shock para vender los bienes públicos al mejor postor y aprobar leyes de ajuste económica duras que parecieran transitorias"

La filosofa defendió además la teoría del bien común, un cambio de paradigma "que va más allá del capitalismo o el comunismo, que se sale de lo público y lo privado y que busca la democracia también de la economía y no solo de la política".