Las primeras reclamaciones por los desperfectos de la obra llegaron al Ministerio de Fomento antes de que en febrero de 2004 se colocara la primera dovela. Hoy, transcurridos doce años de aquel acto, la paciencia de los vecinos de Campomanes (Lena) con la variante de Pajares empieza a agotarse. Y más a la vista de que los nuevos retrasos que se van acumulando amenazan con llevar la entrada en servicio del trazado a 2018. "La verdad es que ya estamos muy hartos", reconoció ayer Ana Braña, secretaria de la asociación de vecinos de la localidad, muy crítica con los responsables de los trabajos y con las empresas encargadas de ejecutarlos.
"Lo dejan todo mal, todo estropeado y no arreglan absolutamente nada. Tenemos las carreteras fatal, calles con las alcantarillas rotas, suciedad, vertidos al río y, en mi caso concreto, me he quedado hasta sin accesos a casa". Este es el resumen que hace de la situación Braña, desesperada porque su asociación no recibe "más que buenas palabras" de los partidos políticos y "silencio" de las constructoras. "No quieren saber nada. Se pasan la pelota unos a otros y nadie se responsabiliza de cómo esta la zona", lamenta la dirigente vecinal.
Braña mantuvo ayer un encuentro en Oviedo con el parlamentario regional de Podemos Héctor Piernavieja; el diputado nacional por Asturias de la formación morada Segundo González, y el secretario de Organización estatal y también diputado de Podemos Sergio Pascual.
Antes de la reunión, González anunció que ya ha reclamado una comparecencia de la ministra en funciones de Fomento, Ana Pastor, para que dé explicaciones sobre la situación de la Variante, a la que calificó de "tomadura de pelo". Además, informó de que también ha solicitado al Ejecutivo toda la documentación sobre las adjudicaciones y certificaciones de obra, para analizar sus posibles conexiones con las constructoras que aparecen en "los papeles de Bárcenas" y con las "tramas de corrupción del PP".
"Queremos levantar las alfombras de la Variante para conocer con detalle las razones del retraso y de un enorme sobrecoste que despierta muchas sospechas", subrayó el diputado asturiano.
Las obras en la vertiente asturiana de la Variante siguen bajo mínimos, aunque hay de nuevo cierta actividad en la ladera inestable de las inmediaciones de Campomanes. Sin embargo, solo se centra en evitar que las fuertes lluvias de estos días provoquen más deslizamientos.
El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) no aclaró ayer ni cuándo se iniciará la instalación de las vías en la vertiente asturiana del trazado ni si lo hará Dragados, constructora del grupo ACS de Florentino Pérez, que es la adjudicataria de la actuación pero que pide más dinero para ejecutarla. Según fuentes de la obra, la compañía ya ha renunciado al contrato y devuelto el aval a la Administración.
Este conflicto entre el Adif y la empresa encargada de colocar los 23 kilómetros de vías de la vertiente asturiana de la Variante amenaza con provocar nuevas demoras en los trabajos, sobre todo si es necesario lanzar una nueva licitación.
Técnicos que conocen bien la obra pública achacan este tipo de problemas a que las compañías pujan muy a la baja por los proyectos, con el objetivo de asegurarse cierta actividad en tiempos de crisis. Sin embargo, ya no disponen de tantas facilidades para incrementar el presupuesto con modificados de obra. Y mucho menos en la actual situación de incertidumbre política por la que atraviesa España.
