Las agresiones a los médicos aumentan en Asturias. El año pasado se registraron un total de 14, de las 361 que se contabilizaron en todo el país. En el último quinquenio hubo 62 en el Principado, mientras que en España la cifra se elevó a 2.419. Y va a más. Sólo en lo que va de año ya se han producido cinco. Los servicios de urgencias se han convertido en "puntos calientes", por el nerviosismo que supone la espera para ser atendidos.

Estas son las conclusiones del estudio realizado por el Observatorio Nacional de Agresiones a Médicos que presentó ayer el presidente del Colegio de Médicos de Asturias, Alejandro Braña, acompañado del secretario, Francisco Fernández-Guisasola, con motivo del Día nacional contra las agresiones a sanitarios. El objetivo último es tolerancia cero, "el mismo concepto que se aplica en las agresiones de violencia machista", remarcaron.

Las cifras no reflejan el número real de agresiones a los médicos. "Son muchas más, porque los propios profesionales las minimizan cuando se trata de agresiones verbales, como insultos y amenazas más o menos veladas. Pero es necesario que todas sean denunciadas para luchar contra esta lacra", afirmó Braña.

La principal causa de la agresión (36%) se debe a discrepancias personales sobre el proceso diagnóstico, seguido por la negativa por parte del médico a recetar lo que propone el paciente y por diferencias de criterio con la atención médica (21% en ambos casos).

La mayoría de los médicos agredidos (64%) eran mujeres. Por edades, los grupos de mayor riesgo se circunscriben a la franja entre 35 y 55 años para los hombres y de 35 a 45 para las mujeres.

La mayoría de las agresiones (86%) se cometieron en el ámbito de la salud pública, y el resto (14%) en la privada. En el primer caso se considera delito, mientras que en el segundo sería una falta de lesiones. Una diferencia jurídica que los médicos consideran "artificiosa" e "intolerable" ya que en ambos casos la sufren ejerciendo su profesión.