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El agua que absorbe el túnel de la Variante podría abastecer a toda la comarca avilesina

El subterráneo todavía "chupa" 18 millones de litros al día de dieciséis ríos de la montaña de León, lo que cubriría las necesidades de 150.000 personas

El agua que absorbe el túnel de la Variante podría abastecer a toda la comarca avilesina

El gran trasvase oculto de la variante de Pajares sigue adelante y no cesará tras la puesta en servicio del túnel ferroviario bajo la Cordillera. Las obras de acondicionamiento han conseguido reducir las filtraciones, pero el gran paso subterráneo sigue "chupando" en torno a 200 litros por segundo a los cauces fluviales de la montaña leonesa. Esta aportación corre por el túnel, aunque sin afectar al tubo por el que circularán los trenes, y se vierte al río Huerna desde la embocadura asturiana, de la que salen unos chorros de en torno a 350 litros por segundo. Con un caudal como el que pierden los 16 ríos y arroyos leoneses afectados, estimado por los técnicos en unos 18 millones de litros por jornada, sería posible abastecer diariamente a una población cercana a las 150.000 personas. Es decir, como toda la comarca de Avilés.

Los técnicos de la obra dan por sentado que la Variante abrirá al tráfico con este gran trasvase de agua de la cuenca hidrográfica del Duero a la del Cantábrico. Se trata de un fenómeno que ha generado importantes problemas de abastecimiento en el norte de León y que amenaza con ocasionar graves daños medioambientales, pero que no tendrá solución en el corto o el medio plazo. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) dispone de un plan para la canalización de los ríos que filtran agua al túnel, tal y como se ha hecho ya en el Alcedo, pero no prevé actuaciones inmediatas. La prioridad ahora es la entrada en servicio del trazado. Y puede hacerse con el actual nivel de filtraciones.

El origen del problema con el agua está en la excavación del gran túnel, de 25 kilómetros de largo. Las cinco tuneladoras que intervinieron en la actuación generaron un "vaciado" del terreno que facilitó el drenaje de los ríos al interior de la Cordillera. Un informe del Adif identifica 16 cauces afectados. El que aparece con un mayor porcentaje de caudal cedido es el Viadangos, con un 31%. Le siguen el Alcedo, en el que ya se ha actuado y que vertía al túnel más de un 20% de sus aguas, y el Valgrande, con una pérdida similar. Además, el mismo documento alerta de fuertes disminuciones del caudal en una docena de manantiales y de seis formaciones de sumideros por el colapso de cavidades kársticas, así como del secado de abastecimientos a las poblaciones de Beberino, Paradilla de Gordón, Rodiezmo, Casares de Arbás y Ventosilla de La Tercia.

Primeros problemas

Los primeros problemas con el agua en la Variante se produjeron muy poco después del inicio de la excavación. El 24 de noviembre de 2005, cuatro meses después de la entrada en servicio del primer "topo", ya se registró una "irrupción brusca de agua y lodo" que afectó al frente de excavación. Se repitió el 16 y el 19 de enero de 2006.

Los estudios previos al inicio de los trabajos apenas tuvieron en cuenta el agua subterránea y, finalmente, la excavación perforó 20 acuíferos y generó graves problemas de secado y desabastecimiento de manantiales. Además, ha provocado el trasvase de la cuenca del Duero a la cantábrica que todavía hoy mueve casi 18 millones de litros al día. Los primeros estudios específicamente hidrológicos se realizaron cuando la obra ya había comenzado, según han reconocido los profesionales de la empresa Ineco que los llevaron a cabo. Además los técnicos subrayan que el problema del agua se agravó por las prisas de las constructoras para terminar en plazo y por las presiones de los políticos para evitar a toda costa que se produjesen retrasos. Así lo han puesto de manifiesto también antiguos trabajadores de la Variante.

Antes de decidir la ejecución de obras de refuerzo en los cauces para evitar que el agua se filtre hacia la montaña, el Adif estudió la posibilidad de instalar un sistema de bombeo para devolver desde Lena a la provincia vecina la mayor parte del caudal perdido por los ríos. Finalmente, la idea quedó descartada por su alto coste. Solo la energía salía por 9 millones de euros al año. Los vecinos de las parroquias leonesas afectadas han comparado la situación en el entorno de Villamanín y de Pola de Gordón con el desastre ecológico de Aznalcóllar, producido por un vertido de residuos tóxicos en el parque de Doñana.

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