Cada vez más solos, cada vez más viejos, los asturianos viven en los hogares menos ocupados de España. En esta región envejecida de demografía declinante, tres de cada diez viviendas tienen un solo ocupante, la magnitud más elevada del país, y en el cuarenta por ciento de ellas reside una persona mayor de 65 años. En apenas una de cada diez el residente tiene menos de 34. Las conclusiones de la encuesta de hogares divulgada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) cuentan con cifras lo que fácilmente se percibe a simple vista. Que en el Principado cada vez hay menos gente, pero cada vez más viviendo sola, y que es la casa de uno solo la modalidad de ocupación del domicilio que, de grado o por fuerza, más frecuentemente abrazan los asturianos.

El treinta por ciento de las 457.700 viviendas asturianas tiene un único habitante. Ya hay 10.000 casas más de solitarios -134.700- que de parejas con hijos, 124.000, y 3.000 hogares unipersonales más en el recuento de 2015 que en el de 2013. El fruto del retroceso constante de la población asturiana, de su natalidad declinante y su elevada mortalidad, ha conseguido que en 2015 sea el Principado la región con un retroceso más acusado en el número absoluto de hogares, que cae en abierta contradicción con el incremento del total nacional. Por eso es también su media de personas por vivienda la más baja de España -2,26, frente al 2,51 del promedio nacional- y tiene el peor promedio de casas con más de cuatro ocupantes.

En los hogares asturianos sobra sitio, y de la estadística sobresale además la mayoritaria nada sorprendente detección de personas mayores dentro de ellas. Cuatro de cada diez habitantes solitarios ha cumplido ya los 65 años y su promedio se desarrolla en abierto contraste con el porcentaje exiguo de los jóvenes que viven solos. Esta cifra ha ido menguando en los últimos años hasta quedar el pasado en 14.700 casas con un menor de 34, ni siquiera el once por ciento del total. Resalta asimismo el ascenso, del 8,3 por ciento en el último año analizado, del número de asturianos mayores de 65 que viven con sus hijos.