Para atajar a tiempo el negro porvenir demográfico de Asturias, el estudio académico elaborado en el Laboratorio de Análisis Geográfico Regional a instancias del Gobierno del Principado avanza un inventario abierto de posibles líneas de actuación cuya premisa de partida constata que en este terreno "hay cierto margen para la actuación de políticas públicas", pero también que éste es "limitado". Esteban Fernández apunta la convicción de que "hasta ahora no ha habido una política demográfica en Asturias", sentencia que este problema tiene la peculiaridad anómala de pedir medidas a largo plazo sin el rédito inmediato más del gusto de los políticos y aporta, sobre todo, la sensación de que "la mejor política demográfica es la económica. Si la región es económicamente dinámica, no tendrá problemas de tipo demográfico". Parte el argumento de la certeza de que "la gente abandona determinadas localizaciones porque no le resultan atractivas", o, de otro modo, porque el tejido productivo no les facilita la vida, y anima a obrar en consecuencia.
Además de economía y productividad, contra esta depresión caben, dentro de la capacidad de acción "limitada" del sector público, algunas medidas que Fernández inventaría pensando en las que procuren "un entorno económico adecuado y de calidad de vida". Resumiría el paquete hablando de facilidades y las concretaría refiriéndose al necesario allanamiento de la "conciliación de la vida familiar y laboral, la atención a la infancia o a los tramos de edad más maduros". A los servicios, en definitiva, para facilitar la vida y el arraigo a las familias que pretendan mantener poblados los concejos amenazados por el abandono. Además de esbozos de medidas, el estudio aporta ejemplos de lucha con éxito contra la dispersión y el envejecimiento. Buscando en Europa, "Finlandia es ejemplo en actuación del sector público, marca tendencia en los servicios que se dan a las familias, a la infancia, en las facilidades para conciliar".
