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La solución de los profesores universitarios

Asturias necesita atraer parejas jóvenes inmigrantes para salvar las pensiones

Los economistas proponen buscar nichos laborales, fomentar la natalidad y captar residentes con formación para evitar el desierto demográfico

Asturias necesita atraer parejas jóvenes inmigrantes para salvar las pensiones

El envejecimiento poblacional hacia el que camina a paso firme Asturias dejará unas cuentas difíciles de cuadrar. Sólo se salvarán con más natalidad y la llegada de parejas inmigrantes jóvenes, apuntan los expertos. Tener un vecindario más longevo supondrá, a no mucho tardar, un mayor gasto sanitario, que se tengan que orientar más recursos hacia tareas ligadas con la dependencia, y una extensísima factura en forma de pensiones de jubilación que serán un quebradero de cabeza, según sostienen los economistas asturianos. "Es un asunto difícil de afrontar y para el que se han puesto en marcha medidas que han fracasado". La reflexión es de Juan Vázquez, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo. La receta para volver a tener una pirámide poblacional con una base más sólida requiere de nuevos vecinos y más nacimientos.

Un reciente estudio del Regiolab, un organismo de análisis económico vinculado a la Universidad de Oviedo, ha vuelto a poner el debate sobre la mesa. Su estudio alerta que el oriente y occidente asturiano avanzan hacia el desierto demográfico. La población estará cada vez más concentrada en el área central de la región y, según sus proyecciones, que alcanzan hasta 2029, Asturias estará cada vez más envejecida.

Juan Vázquez, aunque reconoce que el asunto es espinoso, sí que tiene algunas propuestas para intentar hacerle frente. Entre ellas, estimular la natalidad. Pero, sostiene, no con medidas como las del llamado "cheque bebé", que impulsó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, y por la que se daban 2.500 euros por cada nacimiento. Para Vázquez hay que ir un paso más allá y se deberían fomentar ambientes que favorezcan la conciliación con la vida laboral. "Eso sería mucho más efectivo que las ayudas directas", apunta. Y añade: "Se trata de activar medidas que favorezcan tener hijos y que ayuden a crear en la región un ambiente social favorable a la infancia".

Aún así, los economistas asturianos sostienen que la mejor salida para poner freno al que parece imparable envejecimiento de la población asturiana sería un crecimiento de la actividad económica. Una mejora de las oportunidades laborales evitaría el éxodo laboral de muchos jóvenes. "El principal problema está en la salida de estos efectivos", apunta Vázquez.

El catedrático de Economía es, además, partidario de aprovechar para hacer negocio de este aparente problema. "Hay que buscar nichos de actividad ligados al envejecimiento, y sacar provecho al consumo de este colectivo", sostiene. El docente se refiere tanto a actividades ligadas a la sanidad como al ocio. "Es un tema que está poco estudiado", señaló, "porque cuando eres mayor tienes unos gastos y unas prioridades diferentes a cuando eres joven".

Estimular los nacimientos es una de las vías para luchar contra el envejecimiento, otra sería facilitar e incentivar la llegada de inmigrantes. El catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Oviedo, Joaquín Lorences, apunta, precisamente, por ahí. La idea, señala el docente, es la de conseguir captar la llegada y el arraigo de parejas de otros países con un perfil muy determinado. De unos cuarenta años, hijos, y con estudios. "Eso tendría un impacto inmediato", señala. Y si se asientan, además, en el medio rural, como también propone Lorences se matarían dos pájaros de un disparo. Se ganaría fuerza de trabajo para sostener el pago de las pensiones y se ayudaría a evitar el galopante despoblamiento de la zona rural. "Se le puede dar una oportunidad a un latinoamericano o a un sirio para que se desarrolle profesionalmente en Asturias", destaca el economista.

Menos optimista es Carlos Monasterio, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Oviedo. "Poco se puede hacer", sentencia. "En la medida en que Asturias no consiga generar empleo y retener a la población el problema demográfico va a continuar", señala. "No es porque no haya jóvenes o que éstos sean estériles, es que se van a otros sitios a buscar el trabajo que no encuentran aquí", afirma.

El análisis es común. "Desde la década de los sesenta Asturias está perdiendo peso demográfico, y no es que sea una catástrofe", señala Monasterio. Aunque las soluciones no están nada claras. "Hay gente en el norte de África que quiere venir a trabajar aquí, pero el problema es en qué podemos darles empleo", destaca. La situación es complicada. "Hemos gastado en formar a nuestros jóvenes, pero se están yendo a producir fuera, por lo que el envejecimiento no es el verdadero problema, lo es retener a esta población", sostiene.

"Lo ideal sería que hubiera un relevo". Así lo sostiene el profesor de Hacienda Pública Santiago Álvarez. Pero no lo hay. Los nacimientos cotizan a la baja mientras que la mortalidad de la población asturiana va al alza. "Al final, el crecimiento económico es lo que favorece la demografía", sostiene, al igual que sus compañeros, "y la sostenibilidad del sector público pasa por que tengamos un relevo en la población empleada para soportar el coste de las prestaciones".

Eso sí, Álvarez alerta de que éste no es sólo un problema como región. El aumento del envejecimiento afecta también a muchas comunidades. El docente cree que a medida que la pirámide poblacional engorde por la cima irán desarrollándose nuevos sectores para atender las demandas del colectivo.

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