Las voces a favor y en contra de la aproximación electoral a Podemos atizaron ayer el fuego en IU de Asturias hasta alargar la brecha que separa a quienes piensan que la "confluencia" es la oportunidad de una alianza "de cambio" que no tiene por qué afectar a la identidad ni a las siglas de la coalición de los que mantienen que será una suerte de "fusión por absorción", "un mal negocio para la izquierda y para IU". Al frente del sí, sosteniendo la bandera de la opinión "unánime" de la organización, se situó el coordinador general, Manuel González Orviz. En el lado del no se hizo fuerte el portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, llegando hasta la advertencia de posibles consecuencias si la alianza sale adelante.

Llamazares no se anduvo por las ramas al valorar el acercamiento con el partido que lidera Pablo Iglesias. "Es la crónica de una disolución anunciada injusta con IU", dijo el excoordinador general de la coalición, que quiso destacar la "trayectoria" de la formación desde las generales del 20-D: "hemos demostrado capacidad de influencia política", sostuvo. "Estoy de acuerdo con colaborar pero no que IU se disuelva y pierda su identidad", advirtió el portavoz parlamentario, que no vaciló en calificar la presentación de una candidatura conjunta como "un mal negocio para el conjunto de la izquierda y para IU".

En opinión de Llamazares, una unión electoral "no supondría una suma matemática de los votos". El diputado autonómico reprochó que esa fusión "pudiendo ser para gobernar el país frente a la derecha, se materialice ahora con el magro objetivo de sobrepasar al PSOE. Es un señuelo más, reflejo de una estrategia oportunista de Podemos y Pablo Iglesias", advirtió el portavoz en el parlamento asturiano, que advirtió de la repercusión que tendría la alianza electoral. "En Izquierda Abierta hay un período de reflexión (...) Tomaremos las decisiones que haya que tomar", afirmó Llamazares, quien calificó de "grave error" la unión con Podemos y subrayó que tendría incidencia "en esta Cámara y en IU de Asturias" porque "nosotros apostamos por el diálogo y Podemos por la depuración".

Para marcar bien las distancias, Orviz aclaró de entrada quién es quién. "Yo soy el coordinador general de IU de Asturias, yo hablo como IU de Asturias, y él es el portavoz parlamentario y habla como representante de Izquierda Abierta". Las posiciones de Llamazares, recalcó, son "distintas y distantes" de las que sostiene "una parte importante de la mayoría de IU", cuya actitud ante la eventualidad de unas nuevas elecciones generales "es una apuesta clara por la confluencia". Quedó claro que el eufemismo que utiliza la izquierda para referirse a los acercamientos, plagados de obstáculos por parte y parte, entre Podemos e IU, amenaza el inestable equilibrio interno de la coalición en Asturias. Orviz no ve venir expresamente una "guerra interna", dijo ayer, pero la paz, a la vista de sus palabras, tampoco. Aludió al interés por la "confluencia" como la opinión defendida "unánimemente" el miércoles en el Consejo Político de la formación -"Gaspar no acudió, estaba en el Parlamento"- y a la otra corriente con referencia explícita y singular a Llamazares. "Respeto sus opiniones, pero no las comparto", aseguró. Antes, sí, se había dicho "convencido" de que pese a la discrepancia "vamos a seguir formando parte la misma organización", o de que Llamazares "es un valor y forma parte de nuestra pluralidad y nuestra referencia institucional".

Respecto al fondo de la cuestión, Orviz asume que "no ha habido conversaciones formales" y plantea el compromiso por la convergencia de la izquierda como "parte del ADN de IU" y expone su versión sobre lo que debe ser una coalición electoral "respetuosa con las identidades". No se tocan el nombre ni los candidatos. Por un lado, "si nuestros votos valen, ese valor lo ejemplifican las siglas"; por otro, "los candidatos de IU los decide IU y eso lo haremos como siempre, a través de un proceso de diálogo ordenado y transparente". Sobre su propia presencia en el proceso, el cabeza de lista de Unidad Popular por Asturias en las generales del 20-D se puso a disposición de la dirección federal después de exponer su impresión de que los "tiempos son muy estrechos" para una consulta a la militancia y de certificar que "nunca me he postulado. Soy un militante disciplinado". Antes de terminar, había que subrayar "claramente" que "IU no se plantea su desaparición, porque si se diluyera en esa nueva formación, la resultante perdería valor y apoyo social".