Joaquín Arce, que fue jefe de servicio de gestión económica de la Consejería de Educación y luego director general de Política Forestal, aseguró ayer que había "cosas extrañas" en la Consejería y que siempre sospechó que existía corrupción. Aseveró en su declaración que advirtió al entonces presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, quien le pidió que redactase un informe que finalmente no hizo porque no tenia datos "ciertos y contundentes".

Arce explicó que le parecía "peligroso" que una sola persona tuviera todo el poder de contratación y que desde 2002 tenía sospechas de que "pasaban cosas extrañas". Y un día se lo contó a Areces. Según relató, "hubo una reunión sobre transporte escolar, para evitar una huelga, que se prolongó hasta la madrugada. En un receso le dije al Presidente que me parecía que en Educación pasaban cosas extrañas y me dijo que le hiciera un informe y se lo mandara".

El exdirector general afirmó que finalmente no hizo dicho informe "porque no tenía datos ciertos y contundentes como para firmarlo y porque no tenía confianza con el Presidente para hacer eso". También añadió que no vio en Areces especial interés por el asunto, aunque luego matizó que "quizás era porque no era el momento ni el lugar, pero me pidió el informe".

El momento más tenso de su declaración se produjo cuando explicó que había sido testigo protegido no porque él lo hubiera solicitado, sino por decisión del juez instructor, que entonces era Ángel Sorando. "No lo pedí pero lo agradezco. Todo testigo que declare contra empresas corre peligro. Es mi sensación. Hablamos de presuntos delincuentes. Y a la gente no le gusta tratar con presuntos delincuentes", aseveró provocando un enfrentamiento verbal con el letrado de una de las empresas.