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Las bases de IU de Asturias, las que menos respaldan la coalición con Podemos

Resistencia frente al cerco morado

La tensa relación entre IU y los de Iglesias en Asturias viene de lejos: la coalición frena el afán de Podemos por copar la izquierda del PSOE

Manuel González Orviz y Alberto Garzón. RICARDO SOLÍS

En la organización de Podemos todavía esperaban una resistencia mayor en Izquierda Unida de Asturias a una candidatura de confluencia para las elecciones generales del próximo mes de enero. La desconfianza y el recelo entre la formación morada y la coalición en Asturias se remontan a un año atrás, cuando la candidatura liderada por Gaspar Llamazares fue la que mejor aguantó frente a Podemos de todas las elecciones autonómicas celebradas en 2015.

"Si IU de Asturias hubiera registrado un retroceso similar al del resto del Estado, Podemos habría estado mucho más cerca del PSOE". Esta reflexión, en caliente, de un miembro del Consejo Ciudadano Autonómico de Podemos ponía a Gaspar Llamazares en su punto de mira político. Ven en el portavoz parlamentario de IU al líder de una formación que se resiste a su cerco, prácticamente desde que Llamazares plantó cara al partido emergente en aquella negociación "abierta" a los medios, por primera vez en la historia de la Junta General del Principado, una experiencia que ya no volvería a repetirse. La negativa de IU a apoyar la candidatura de Emilio León como presidente del Principado acabó por lastrar unas relaciones siempre tensas con el partido emergente y, especialmente, con su dirección asturiana, que no es precisamente de las más seguidistas con las decisiones de Pablo Iglesias. De ahí que no extrañasen un ápice los "toques" del secretario general de Podemos Asturias, Daniel Ripa, a IU de Asturias sobre las cambios que esperaba en la estrategia de la coalición con su apoyo al Gobierno socialista de Javier Fernández.

En la dirección regional de IU, lejos de haber posiciones monolíticas sobre la alianza electoral con el partido de Pablo Iglesias, aparecen dos estrategias claramente distantes, no tanto por la confluencia con otras fuerzas de izquierda, que comparten Manuel González Orviz y Gaspar Llamazares sino por el momento para materializar esa coalición que no pudo ser para las elecciones del 20-D y en cambio si es factible ahora.

Orviz ha transitado en los últimos meses de las reservas de Cayo Lara a la disposición de Alberto Garzón a una alianza electoral con Podemos, con la vista puesta seguramente en recuperar en junio próximo el escaño perdido en las elecciones del 20-D, al "estilo Foro", es decir logrando como contrapartida el "número dos" en la lista al Congreso, una concesión que sería más plausible vía Madrid, vistas las distantes y hasta fría relaciones que exhiben en el parlamento autonómico ambas formaciones.

Ni con ésas se muestra Gaspar Llamazares convencido de las bondades de una alianza de conveniencia a corto plazo con Podemos ahora, cuando el partido de Pablo Iglesias se ha dejado muchos "pelos en la gatera" tras las frustradas negociaciones con el PSOE, trufadas de exigencias tan rocambolescas como la Vicepresidencia del Gobierno o el control del CNI, es decir los servicios de espionaje de España. Teme el ex coordinador general de IU que la alianza electoral para el 26-J acabe desembocando en "la disolución" o en "el aplastamiento" de la coalición por parte de Podemos.

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