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"Las romerías no son los 'Rolling'"

Las comisiones de festejos piden al Principado una normativa específica para salvar las fiestas de prau de una asfixia económica que amenaza su pervivencia

La puya'l ramu en la fiesta del Prau Llagüezos.

"Una fiesta de prau en un pueblín de Villaviciosa no tiene nada que ver con un concierto de los ´Rolling Stones´ en El Molinón, pero se le exigen los mismos trámites". José Vicente Vallín, coordinador jurídico de la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Asturias, pone este ejemplo para ilustrar las crecientes dificultades de muchas comisiones organizadoras de romerías para cumplir unos estrictos requisitos legales que les obligan a suscribir seguros de responsabilidad civil o a contar con planes de evacuación e informes técnicos que, en el mejor de los casos, suponen una inversión inicial cercana a los mil euros. Mientras, la recaudación por donativos y en las barras no deja de caer. El "botellón" tiene mucho que ver en ello.

"Cumplir todo lo que se pide es imposible, porque no habría fiesta, pero un mínimo de seguridad hay que garantizarla", apunta Jorge Rodríguez Pérez, de la Comisión de Santa Ana de Naves (Llanes). "No estamos diciendo que no se cumpla la ley, lo que pedimos es que se nos ayude a cumplirla y que el Principado apruebe una norma específica para las fiestas de los pueblos que tenga en cuenta su valor tradicional", añade Vallín. "Si son obligatorios los seguros o los planes de evacuación, pueden hacerse para todo un concejo y que corran a cuenta del Ayuntamiento", abunda el responsable vecinal.

Lo cierto es que el desánimo está cundiendo entre numerosas comisiones rurales, que trabajan duro y de forma altruista a lo largo del año para poner en marcha la fiesta del pueblo y se ven "ahogadas" para cuadrar las cuentas. José de Arango, de la Asociación de Vecinos de La Arquera (Salas), tira la toalla: "No hago más fiestas. Las exigencias son cada vez mayores. Hay que pedir permiso hasta para tirar voladores y la recaudación ha bajado mucho. Así es imposible".

David Vega, de la comisión de Pañeda (Siero), coincide en que "cada vez se nos ponen más trabas y cada año sacamos menos". Héctor Díaz, organizador de las fiestas de San Félix de Valdesoto, apunta que esta celebración está obligada a cumplir estrictas medidas de seguridad por la gran afluencia que tiene y por la peculiaridad de su desfile de carrozas. Sin embargo, reconoce "las graves dificultades" de las comisiones de menor entidad. Desde Huerres (Colunga), Juan Riestra alerta de que el esfuerzo económico que conlleva cumplir la normativa, unido a la mengua en la recaudación por la crisis y el "botellón", hará que los programas queden reducidos a "misa y procesión".

Ley de desigual aplicación

La ley que regula los espectáculos públicos y las actividades recreativas en el Principado fue aprobada en 2002, pero el grado de cumplimiento de su normativa ha sido muy desigual por parte de los municipios. "Unos son más estrictos y otros exigen mucho menos", apunta José Vicente Vallín, de la Confederación vecinal.

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