Las deudas de los ayuntamientos tienden a la baja mientras los pasivos de las autonomías se sitúan en máximos históricos. Asturias, una comunidad que tradicionalmente siempre ha estado en el grupo de las autonomías con menor volumen de deuda, cerró 2015 con un máximo histórico de 3.876 millones de euros, una cifra que equivale al 18 por ciento de su producto interior bruto (PIB). Ante esta situación, las comunidades autónomas han coincidido en la exigencia de que el Estado "se abroche más el cinturón" y comparta en mayor medida el margen de déficit que la Unión Europea concede a España.

El pasivo del Principado se ha disparado desde el inicio de la crisis. Asturias tenía en 2009 una deuda de 1.080 millones de euros, tres veces menos que en la actualidad. La caída de los ingresos, derivada de la recesión, ha obligado a financiar servicios básicos con deuda, el único recurso del que han podido tirar las autonomías para hacer frente a las grandes partidas de gasto, centradas en la sanidad, la educación y los servicios sociales.

La reacción generalizada por parte de las autonomías ha sido pedir al Estado por un lado una mejora en la financiación, pendiente y aplazada a la espera de una mejora de la economía y también de que se estabilice el escenario político, y por otro que dé mas margen de déficit a las comunidades. Los consejeros de Hacienda, incluida la asturiana Dolores Carcedo, han sostenido en los Consejos de Política Fiscal que el Estado se ha venido reservado los mayores márgenes de endeudamiento cuando son las comunidades autónomas las que corren con la prestación de los servicios que generan un mayor gasto corriente, como es el caso de la sanidad.