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Cuando hasta respirar duele

Los enfermos asturianos de fibromialgia, una dolencia crónica asimilada a la fatiga perenne, reivindican más medios clínicos

Francisco Javier Alonso, sentado en un momento de relajación, mira por la ventana de su casa. MARA VILLAMUZA

"Cómo lo explicaría... Hasta a algo tan cotidiano como levantarse de la cama por la mañana hay que echarle valor porque temes las muchas horas que te quedan por delante sufriendo dolores". Así explica el avilesino Francisco Javier Alonso Iglesias, a modo de introducción, la enfermedad que sufre: fibromialgia. Crónica, incurable (de momento) y cruel; esto último porque los dolores que sufren los afectados son tan generalizados que, por doler, duele hasta respirar. No sirve de nada reposar, el sueño no es reparador, la fatiga quita las ganas de hacer ninguna actividad y ninguna postura reporta paz...

Tal es el agobio que llegan a experimentar los enfermos de fibromialgia cuando se ven atrapados en un cuerpo doliente e hipersensible que son habituales los cuadros de irritabilidad, lo cual unido a la dificultad del entorno (familia, amigos, compañeros de trabajo...) para entender el sufrimiento perenne de la víctima de fibromialgia puede desembocar en trastornos de orden psicológico.

Francisco Javier Alonso Iglesias, vicepresidente de la Liga Reumatológica Asturiana, es un caso raro de enfermo de fibromialgia pues se trata de una enfermedad con clara prevalencia femenina. "También se cree que sólo la padece la gente mayor, pero no es así: empiezan a darse casos entre la población infantil", motivo que lleva a la Liga Reumatológica Asturiana a plantear la necesidad de una plaza de reumatólogo pediátrico en la Sanidad asturiana. Esa, y la ampliación de la cifra de reumatólogos -una veintena en la actualidad-, serán las principales demandas que realice hoy el colectivo de enfermos asturianos de fibromialgia con motivo del día mundial dedicado a este trastorno de salud que afecta al 2,4% de la población española mayor de 20 años y en una proporción de ocho mujeres por cada hombre.

Francisco Javier Alonso Iglesias lleva ocho años diagnosticado de fibromialgia y otros diez previos dando tumbos por despachos médicos: "Es que los síntomas son muy genéricos y lo habitual es que pasen años antes de tener un diagnóstico certero, por eso pedimos una mayor coordinación de los médicos de atención primaria y los especialistas de Reumatología". Su padecer diario incluye dolores generalizados, cefaleas y una sensación crónica de fatiga y cansancio que obliga a plantearse cada tarea o movimiento como si de un reto se tratase. Los 20.000 enfermos que se estima hay en Asturias de fibromialgia -no todos, ni mucho menos, con diagnóstico- elevarán hoy su voz para reivindicar más medios clínicos y que la sociedad no les estigmatice. "No ser entendidos también duele", aseguran.

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