Las trabas burocráticas a la investigación fue uno de los argumentos manidos por todos los candidatos en la pasada campaña electoral en la Universidad de Oviedo. El nuevo rector, Santiago García Granda, se ha propuesto acabar con un lastre que tiene su evidencia más palpable en los últimos años en la baja participación de la institución docente en el programa marco de investigación e innovación europeo (Horizonte 2020). Solo un 13% de los proyectos aprobados para el Principado dentro de ese plan en 2014 y 2015 correspondieron a propuestas lideradas por la Universidad, una situación que desmitifica el papel de esta institución en el avance de la I+D+i y obliga a dar un eslabonazo al nuevo equipo rectoral para eliminar las trabas al que quiera investigar.
Uno de los principales objetivos de "Horizonte 2020" es el de elevar el nivel de excelencia en la ciencia básica europea y asegurar un flujo constante de investigación de calidad para garantizar la competitividad a largo plazo. Para conseguirlo se apoya con financiación a las mejores ideas, asegurando al mismo tiempo que los investigadores tengan acceso a las infraestructuras prioritarias.
En Asturias, de los 13 millones de euros obtenidos por 25 entidades durante los dos ejercicios señalados solo cinco de ellas tenían a la Universidad de Oviedo como agente tractor. La institución académica centró sus esfuerzos en las áreas de seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles e investigación marina; en acciones por el clima y en la línea "Marie Sklodowska-Curie", orientada a la capacitación de los recursos humanos en investigación.
Los centros tecnológicos y grandes corporaciones como Arcelor o Edp aglutinan el grueso de las ayudas obtenidas en ese período en Asturias. Para centros públicos de investigación se dedicaron el 19% de los fondos "Horizonte 2020" que llegaron en 2014 y 2015. Las empresas se llevaron el 56,2%. Por temáticas, los proyectos que más peso tienen en la I+D+i asturiana son los referidos a energías limpias junto a los auspiciados por el Consejo Europeo de Investigación y los de nanotecnología, materiales y fabricación avanzada y biotecnología.
En España, Cataluña, Madrid y Madrid Vasco aglutinan los mayores retornos en estos fondos a la investigación de excelencia, en torno al 70%.
