El catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo Carlos López Otín fue ayer el encargado de pronunciar la conferencia central del acto de entrega de la medalla de oro de la Universidad de Zaragoza a la Real Academia de Ciencias de la capital aragonesa con ocasión de su centenario. Otín echó mano de su extraordinaria capacidad divulgadora para hablar de las confluencias de las ciencias, ese espacio común y complementario que desemboca en el progreso de la humanidad.
El catedrático de Álgebra de la Universidad asturiana, Santos González, estuvo presente en el acto. Santos González y Carlos López Otín son miembros de la Academia de Ciencias aragonesa, a la que perteneció el Nobel Santiago Ramón y Cajal.
Santos González y López Otín entraron en la Academia como miembros correspondientes en el año 2006. José Barluenga es académico desde 1989. En el año 2011 entró en la Academia el ruso Efim Zelmanov, medalla Field de Matemáticas y muy ligado a la Facultad de Ciencias de la universidad asturiana.
La Universidad de Zaragoza, como la de Oviedo, también acaba de salir de un proceso electoral. De hecho el rector José Antonio Mayoral, químico orgánico, participó en el acto horas después de su toma de posesión (allí solo estaba él como candidato). La medalla de oro fue entregada al presidente de la Academia de Ciencias, el matemático y catedrático de Astronomía, Antonio Elipe.
Físicos, químicos y matemáticos se dieron cita en el paraninfo universitario. No iba descaminado Otín en el argumentario de su discurso.
El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, prometió más apoyo institucional a la investigación y a la innovación.
