La falta de financiación, de unos 9.000 euros, ha impedido a un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo patentar en Europa un descubrimiento que mejoraría de manera considerable la vida de los celiacos. Esta falta de protección supone que partir de ahora, cualquier empresa puede utilizar la investigación para desarrollarla y comercializarla fuera de España sin que los beneficios reviertan ni en la Universidad ni en sus investigadores. Esta carencia de recursos se suma a la rebaja de las becas, que impide la contratación de personal investigador como ya se ha denunciado desde los ámbitos implicados.

La celiaquía es la intolerancia al gluten (una proteína presente en algunos cereales), y la padecen aproximadamente una de cada cien personas. No tiene tratamiento, más allá de seguir una dieta estricta libre de este conjunto de pequeñas proteínas.

El grupo de Electroanálisis del departamento de Química Física y Analítica de la Universidad de Oviedo ha desarrollado una nueva técnica que abarata y mejora la detección del gluten en los alimentos aunque se encuentre en cantidades ínfimas, pero que aún así pueden ser perjudiciales para una persona altamente sensible.

María Jesús Lobo Castañón, profesora de Química Física y Analítica, explicó que los resultados de la investigación están protegidos por una patente desarrollada por la Universidad de Oviedo. Pero se quiso ir un paso más allá en el complejo mundo de las patentes.

Así, se mantuvieron reuniones con distintas empresas que pudieran estar interesadas en la explotación de los resultados obtenidos. "El problema es que ellas querían el producto ya desarrollado y para poner en el mercado. Pero falta la segunda parte del proyecto. Aún así, se intentó extender a nivel europeo la protección de los resultados de la investigación. Pero chocamos con la falta de financiación".

La profesora añadió que "con unos 9.000 euros hubiéramos iniciado el proceso de protección a nivel europeo, y se facilitaría la salida al mercado si alguna empresa estuviera interesada". Pero ahora, el método patentado por la Universidad de Oviedo puede explotarlo y comercializarlo cualquier empresa en cualquier país excepto en España sin que los beneficios redunden en la institución académica asturiana.

"Nos sentimos decepcionados, porque trabajamos mucho y nos habíamos ilusionado mucho con el proyecto y la posibilidad de comercializarlo en beneficio de los celiacos. Pero ya no es posible", lamentó Lobo Castañón.

Esta decepción se suma a la falta de recursos económicos para contratar a personal que permita aumentar y profundizar en las investigaciones. "La falta de apoyo es terrible. Nos acaban de recortar a la mitad las becas y el mayor handicap es conseguir financiación para contratar a personas que puedan formarse y trabajar investigando", aseguró la profesora de la Universidad de Oviedo en sintonía con las quejas y reclamaciones del conjunto de investigadores asturianos.