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Vueling se atasca en verano

La compañía, cuyos billetes a Barcelona - llegan a 500 euros, tilda de "ocasionales" sus cancelaciones, pero los tripulantes los achacan a la programación "excesiva"

Un avión de Vueling, en el aeropuerto.

El reguero de cancelaciones y retrasos de los últimos días -unido a una política tarifaria que eleva el precio de algunos billetes entre Asturias y Barcelona hasta los 500 euros por trayecto- ponen a Vueling en la picota en el arranque del verano. Aunque un portavoz de la aerolínea, del mismo grupo que Iberia (IAG), achacó ayer las incidencias en los vuelos a "problemas puntuales" en la terminal barcelonesa de El Prat, el Sindicato de Tripulantes y Auxiliares de Vuelo de Líneas Aéreas asegura que Vueling atraviesa un "caos interno" desde el inicio de la temporada estival, debido a la falta de personal y a una planificación "excesiva", que es difícil de cumplir sin demoras o suspensiones.

En concreto, y por lo que se refiere a Asturias, Vueling ha cancelado un enlace con Málaga y otro con Barcelona, dejando "tirados" a cientos de pasajeros que sufrieron auténticas odiseas para llegar a sus destinos. Además, la propia empresa reconoce la existencia de demoras en sus servicios, especialmente graves en un vuelo a Londres-Gatwick, pero que también se han dejado notar en las rutas con Palma de Mallorca, Sevilla y Barcelona. Las protestas por estas incidencias -que han dado lugar a decenas de reclamaciones oficiales- se acrecientan ante unas tarifas con Barcelona que, en algunos casos, llegan a los 500 euros por trayecto. Vueling forma parte de la UTE liderada por Iberia que dispone de un convenio de 6,2 millones de euros para la promoción turística de Asturias.

Retirada de licencia

Este es el segundo verano consecutivo con problemas en la operativa de Vueling, aunque, de momento, las incidencias no han alcanzado la gravedad del pasado ejercicio, cuando las autoridades italianas amenazaron a la compañía con quitarle la licencia, a causa de las reiteradas cancelaciones y retrasos en la terminal de Roma, segundo centro de operaciones de la aerolínea tras Barcelona.

Una programación cargada para aprovechar al máximo el "tirón" vacacional, pero que dificultaba al máximo contar con aviones auxiliares en caso de averías de las aeronaves asignadas a las rutas, explica los problemas de 2015. Los portavoces de Vueling aseguran que la compañía trabaja para minimizar las incidencias y perjuicios a los afectados.

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