"Hubo bastante suerte, el granizo llegó a las viñas de Corias y Obanca pero no hubo daños graves", aseguró aliviado, ayer, el presidente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) vino de Cangas, Juan Manuel Redondo, tras realizar una primera visita a las viñas después de la granizada del miércoles por la tarde.

Los viñedos se encuentran en plena floración y las plantas ya están grandes, con lo que las piedras de hielo, a pesar de su volumen, solo causaron algunas roturas de hojas y de cañas que esperan que no afecte a la evolución del fruto. "Peor hubiera sido que esta tormenta fuese en septiembre cuando la uva está a punto, ahora las pérdidas han sido mínimas", recalcó Redondo que recordó que el granizo no llegó a Ibias donde se encuentra buena parte de la producción.

Además de las plantaciones, los vehículos y las cubiertas de edificios fueron los más afectados por la tormenta. En Cangas del Narcea el polideportivo municipal, que ayer acogía el primer torneo de la temporada, dos operarios se afanaban ayer por la mañana en reparar la parte de la cubierta dañada el miércoles por las piedras de hielo. En el polígono industrial cangués varias naves se encontraron con el mismo problema, entre ellas, una imprenta que amaneció con el almacén lleno de goteras. "Cayó con una fuerza increíble, nunca nos hubiésemos imaginado que iba a romper el techo", explica Inma Rivera que agradece que no se haya estropeado ninguna máquina, aunque reconoce que se tuvo que repetir algún trabajo.

En los concejos de Allande y Tineo, los desperfectos también son múltiples. Por ello, los alcaldes de los tres municipios han decidido solicitar una reunión conjunta con el consejero de Presidencia y con Delegación del Gobierno con la idea de solicitar la declaración de zona catastrófica para poder conseguir ayudas para los afectados, que "la mayoría son ganaderos y agricultores que en estos momentos ya lo están pasando bastante mal y encima les llega esto", subraya el regidor tinetense José Ramón Feito.