Defiende que los resultados de Podemos han sido "muy buenos" en Asturias al ser la primera o segunda fuerza más votada en cinco de los seis mayores municipios. Daniel Mari Ripa ve "postureo" en los llamamiento del Gobierno regional al diálogo
-¿Está Podemos ante su momento más difícil?
-No comparto una lectura pesimista. Desde que nacimos, cada seis meses dicen que Podemos está en crisis. Pasó con las elecciones andaluzas, luego en las catalanas y antes de las generales del 20-D, ya decían que estábamos en caída libre. Decir que pasamos por un mal momento cuando tenemos cinco millones de votos, 71 diputados, 5 eurodiputados y gobernamos las principales ciudades es una lectura bastante limitada del proceso.
-La izquierda ha sumado menos votos que en el 20-D. ¿Se equivocaron al forzar unas segundas elecciones generales?
-El PSOE y Ciudadanos deberían preguntarse si para este viaje hacían falta tantas alforjas. El PSOE ha cosechado el peor resultado de su historia. Les faltó valentía para apostar por un gobierno de cambio.
-¿No asumen entonces que haber exigido la vicepresidencia del Gobierno al PSOE en aquella negociación les haya pasado factura ahora?
-La gente espera que seamos algo completamente distinto al resto de partidos. No estamos para hacer lo mismo que el resto. La organización de Asturias es la única del Estado que ha renunciado a las subvenciones electorales. Lo hicimos porque alguna parte de culpa tenemos en que haya otras elecciones. Y tenemos que confluir con la abstención, con la gente que todavía no se siente representada.
-En Asturias se perdieron más de 40.000 votos. ¿Tenía razón Gaspar Llamazares con sus reparos a la coalición?
-Los "yo ya lo dije" me aportan bastante poco, me interesan más los "ya sé como se puede ganar en Asturias".
-¿Qué pasó para explicar un resultado que se quedó corto respecto a las expectativas?
-Faltó tiempo para arraigar más la confluencia, que siempre defendimos debe partir del propio territorio. La parte positiva de la campaña ha sido abrir puentes de comunicación con IU. Veremos a dónde llevan pero creo que estamos condenados a entendernos. No tiene sentido carecer de hoja de ruta compartida para construir una alternativa en el parlamento asturiano. Hemos venido para ser una alternativa al bipartidismo, al PP y al PSOE.
-¿Perdió transversalidad Podemos con la alianza de IU?
-La clave de la tranversalidad está en si los gobiernos deciden los intereses de la mayoría o de los poderosos, si esto va de entregar medallas de oro a los Masaveu y de mirar para otro lado en los sobrecostes de El Musel o de defender a la mayoría social. Es algo mucho más amplio que limitarse entre izquierda y derecha.
-¿Superó a Unidos Podemos su obsesión con el PSOE?
-No, la obsesión era lograr un gobierno sin miedo a los cambios profundos que necesita el país como subir el salario mínimo y hacer reformas fiscales. Sobrepasar al PSOE era la garantía de que el segundo partido iba a intentar formar gobierno ante las dudas de los socialistas.
-¿Qué le pareció que Javier Fernández y la FSA celebrasen que, al final, "no pasaron"?
-Quien pasó el 26-J fue Rajoy y sus políticas. E PSOE ademas de perder cinco diputados, perdió también el foco, se olvidó durante una parte de la campaña del PP y consideró que sólo competía con Podemos. Es una barbaridad que diga "no pasarán", pero refleja dónde están.
-¿Se pasaron de frenada en la campaña contra Vicente Álvarez Areces?
-Durmió tranquilo el domingo pero se tuvo que empezar a preocupar el lunes, con el juicio de Marea del que veremos en las próximas semanas escuchas deleznables, y más el martes, con las declaración en la Audiencia Nacional de las sobrecostes de El Musel. En ambos casos está claro que hay una responsabilidad política que no se puede separar de la situación actual de Asturias.
-¿El 26-J tendrá consecuencias inmediatas en el escenario político regional?
-Javier Fernández es un presidente que está en una esquina, con una manta en la cabeza y un Scattergories, abrazado en el suelo y en cuclillas, esperando a que pase no se qué. Deben cumplir su programa electoral. Llevan desde mayo del año pasado diciendo que van a acabar con el error de salto pero no acaban de traer una propuesta y tampoco acaban de traer la ley de Transparencia, que iba a ser la primera iniciativa del Gobierno. En sus llamadas al diálogo hay más postureo que ganas de solucionar los problemas de la gente con las deudas del ERA o con el error de salto en el impuesto de sucesiones.
