El caos en la ruta aérea entre Asturias y Barcelona, que está siendo operada en exclusiva por Vueling desde 2013, se incrementa. Los retrasos son generalizados y en algún caso, como el servicio de la noche del jueves entre El Prat y Santiago del Monte, superan las diez horas. Ayer, el primer avión del día hacia Cataluña partió tres horas tarde, mientras que el de las ocho estaba programado para las 23.35 horas al cierre de esta edición. En el sentido contrario, el vuelo de las diez y cinco corría serio riesgo de cancelación o de despegar con varias horas de demora.

El enorme retraso del jueves hizo que decenas de asturianos se vieron obligados a pasar la noche en la terminal de El Prat, al sumar unas diez horas de demora el avión que debería de haber despegado hacia el Principado a las diez de la noche. Los pasajeros vivieron una auténtica odisea. Embarcaron tarde y cuando ya estaban a bordo del avión fueron informados de que el servicio quedaba cancelado, porque la tripulación había superado el número legal de horas de trabajo por jornada. Los viajeros se dirigieron entonces, pasada la medianoche, al mostrador de información de Vueling, donde se agolpaban centenares de personas de otros vuelos de la aerolínea. Al filo de las dos y media, personal de Vueling anunció que había un avión disponible para viajar a Asturias y que saldría a las seis de la madrugada. Finalmente, el despegue se produjo cerca de las ocho y media. Esa demora provocó que el vuelo de ayer por la mañana hacia Barcelona saliera tres horas tarde.

Los retrasos generalizados de Vueling en España y en toda Europa, que le podrían acarrear sanciones, se extienden a su conexión de Asturias con Londres, que ayer sufrió más de tres horas de demoras.