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JAVIER FERNÁNDEZ | Presidente del Principado de Asturias

"Sólo el PSOE evita el antagonismo primario de las dos Españas de PP y Podemos"

"Hago ya un llamamiento al resto de partidos para defender los intereses de Asturias en el nuevo sistema de financiación autonómica"

Javier Fernández, en el despacho de Presidencia durante la entrevista. MIKI LÓPEZ

Un enorme cuadro del gijonés Mariano Moré preside la mesa de reuniones de Javier Fernández (Mieres, 1948) en el despacho de la Presidencia del Principado. En él, un grupo de mineros sale abatido de la bocamina, casi como una nostálgica estampa de lucha obrera y referente asturiano para un PSOE que atraviesa uno de los momentos más cruciales de su historia.

-Usted vaticinó desde el primer momento que se repetirían las elecciones.

-Sí. Dije incluso que otras elecciones iban a ser casi un destino.

-¿Y esperaba este resultado?

-Lo esperaba en la línea del anterior. Pero la unanimidad de pronóstico de las encuestas me afectó, como a todos: nos daban casi inexorablemente como tercera fuerza. Afortunadamente no fue así.

-¿Tanto era el miedo a un hundimiento como para celebrar la noche electoral casi como una victoria?

-No fue así. Pero sí, estas elecciones fueron de miedo: el que invocó Rajoy. Tuvo éxito apelando al miedo y presentando al PP como la única fuerza política capaz de parar ese temor: miedo a la fragmentación de una izquierda que presentó liderada por Podemos y miedo del "Brexit", haciendo ver que vivimos tiempos peligrosos. El PP ha buscado la confrontación y la polarización; la vuelta a las dos Españas, en definitiva.

-Dos Españas, pero dos izquierdas.

-Sí. Pero hoy y más que nunca el PSOE es el único que puede evitar ese antagonismo primario entre las dos Españas que proponen el PP y Podemos.

-Y usted va y ante al posible "sorpasso" apela en el mitin de Oviedo al "No pasarán", emblema de la izquierda contra el fascismo.

-Las connotaciones con las que lo dije no tienen que ver con aquello. Fue en el acaloramiento de un mitin. Y no me disculpo, ¿eh? A veces es bueno y hasta inevitable que uno se acalore y saque cosas que ni sabe que lleva dentro. No fue premeditado, pero es verdad que no queríamos que pasaran y, efectivamente, no pasaron.

-¿Qué debe salir del comité federal del día 9?

-Una reflexión sobre estos resultados. El Partido Socialista debe reconstruirse.

-En los cuarteles de invierno?

-En la oposición. Es lógico hacer esa reflexión.

-Pero a Rajoy le salen muy justos los números para la investidura. ¿Qué hará entonces el PSOE?

-Reitero: el PP debe buscar el apoyo en otros caladeros. Quiso favorecer con el miedo que Podemos liderara la izquierda para convertir al PSOE en una fuerza subalterna. Sería un sarcasmo que el PSOE tuviera ahora por responsabilidad que procurar apoyarle. La reflexión definitiva es: ¿Puede haber otras elecciones? Serían empedrar el camino a una mayoría absoluta del PP.

-¿Quienes son los responsables de estos, los peores resultados de la historia del PSOE? Rajoy, Iglesias, el miedo? ¿Y el ruido interno del PSOE?

-En el seno del Partido Socialista, todos; no voy a personalizar en nadie. Todos los dirigentes y me incluyo. Pero la socialdemocracia pasa por problemas en el conjunto de Europa, más incluso que en España. Porque si algo ha quedado claro es que el PSOE no es el PASOK, ni siquiera el Partido Socialista francés: tiene raíces mucho más profundas. Ha resistido a una tempestad como esta. Ahora tenemos una oportunidad para, insisto, reconstruirnos desde la oposición y desde el liderazgo de la izquierda. Será una legislatura muy complicada, no solo para el PSOE, para España, para quien gobierne? para todos.

-¿Y quién lidera esa reconstrucción? Pedro Sánchez, Susana Díaz?

-Eso es otro capítulo: el del congreso ordinario que imagino planteará el comité federal. Calculo que será en otoño. Entonces afrontaremos eso.

-¿Le consta que Susana Díaz vaya a presentar candidatura?

-No me consta nada. Ahora hay una reflexión que debe hacer el PSOE sobre sí mismo, sobre lo ocurrido durante este tiempo y lo que vendrá. Y si debe estar en la oposición que yo creo, insisto, es donde debe estar. Pensar en cualquier gobierno alternativo sería una fabulación. Más tarde ya hablaremos de liderazgos y congreso. Esa es la secuencia, no al revés. Si la empezamos al revés nos equivocaremos.

-¿Y cómo afrontará el PSOE asturiano su congreso?

-Prefiero no anticipar nada porque no sabría hacerlo ni además interesa en este momento. Primero lo primero.

-Parece claro que usted optará de nuevo a la secretaría general?

-¿Y por qué parece claro?

-Nada en el horizonte hace vislumbrar lo contrario. En cambio ya es sabido que no será candidato al Principado...

-Lo de volver a ser candidato en las elecciones autonómicas ya lo he desechado. Cuando digo una cosa la digo y ya está. Sobre la candidatura a la secretaria general de la FSA nada he dicho. Lo diré en su momento.

-Pues en esa reflexión federal no les ayuda mucho que el Partido Socialista Catalán hable de referéndum a la canadiense.

-El PSC deberá elegir entre la Declaración de Granada y el derecho a decidir: ambas cosas no son compatibles y los dos discursos tampoco. Si el PSC va más allá de Granada está expresando la voluntad de revisar su relación con el PSOE. Hay que decirlo claro porque en un contexto de tanta sensibilidad territorial conviene no hacerse trampas.

-¿La consulta catalana en el diálogo con Podemos fue excusa o fundamento para no acercarse a Pablo Iglesias?

-Nunca estaré de acuerdo con que se fragmente el estado, se plantee la posibilidad de la autodeterminación y ese tipo de cosas. Soy absolutamente refractario a esa cuestión: es una línea roja que el PSOE no debe traspasar. Todo puede ser negociable, menos determinados principios.

-¿Qué cree que sucederá ahora con el discurso soberanista catalán?

-Para los partidos nacionalistas su discurso es como andar en bicicleta: si paran se caen, así que de los soberanistas no espero gran cosa, de quien lo espero es de los ciudadanos: en Cataluña, en Euskadi y en el conjunto de España. Tenemos que ir a una etapa "postnacional". Los nacionalismos son cosa del pasado. ¿A eso quiénes debemos de contribuir? Los partidos, todos los partidos.

-¿También Podemos?

-También. Es una fuerza que tendrá ahora que gestionar contradicciones territoriales e ideológicas que están en su amalgama. Sin el impulso del éxito continuado y el ascenso al poder esas contradicciones se manifestarán con más claridad. Ellos tendrán que reflexionar sobre sí mismos.

-¿Y eso debería afectar a la relación entre el PSOE y Podemos en Asturias?

-Debería. El día de las elecciones hice ya un llamamiento a la reflexión de todos. Pero quizás en Asturias tenemos uno de los Podemos más refractarios a la relación con los socialistas. Tengo la impresión de que aquí hay una visceralidad contra el PSOE.

-¿Preferirá IU la cercanía a Podemos al apoyo al PSOE?

-Nosotros mantenemos nuestra lealtad con el acuerdo de investidura y lo que se ha hecho. Mi intención es esa, continuar con ese apoyo. Pero este otoño se necesitará no solo a IU, sino también una reflexión del conjunto de las fuerzas políticas asturianas sobre la defensa de los intereses de Asturias. Igual que dije que me parecía un destino que hubiera otras elecciones, ahora digo que es casi inexorable que habrá un Gobierno e inmediatamente tendremos sobre la mesa un nuevo sistema de financiación autonómica que negociar. Va a ser especialmente conflictivo.

-¿Por qué?

-Difícilmente el Gobierno podrá poner más recursos encima de la mesa; hay asfixia financiera de las propias comunidades autónomas; está el nacionalismo y, en particular el catalán. Ahí veremos cuál es el interés de cada fuerza política en la comunidad. Ese no va a ser un conflicto entre partidos, sino entre territorios, que es una de las cosas más amargas que pueden ocurrir.

-Hay comunidades que mantendrán una posición monolítica? ¿Y Asturias?

-Tendrán posición de fuerza Cataluña, Valencia, Madrid? Pero es una cuestión que va a comprometer el futuro del gobierno y la gestión de los servicios públicos asturianos en los próximos 5 o 7 años. Veremos si ese es el asunto central al que nos dedicamos, discutimos y en su caso llegamos a un acuerdo o, en cambio, estamos en otro tipo de planteamientos.

-En Asturias, el PP se ha visto más fortalecido por la coalición con Foro y como alternativa de gobierno. ¿No es ya referente para negociar?

-Yo he dejado claras mis prioridades y cómo quisiera que esa mayoría parlamentaria de izquierdas se convirtiera en una mayoría política. Algunos estarán haciendo ya su particular cuento de la lechera a tres años vista. Yo no haría demasiados, porque si algo caracteriza el tiempo político que vivimos es la incertidumbre. Y no hay una traducción directa entre lo que ocurre en unas generales y lo que pasa en las autonómicas o municipales.

-¿Es condición necesaria para hablar sobre el Principado con Podemos un cambio de su actitud en Gijón?

-Lo digo como reflexión. Y revertir la situación de Gijón, si se lo plantea Podemos, no puede demorarse en el tiempo hasta convertirlo en un mero oportunismo de gestión de un par de años. Los asuntos políticos caducan.

-¿Se imagina un gobierno con Podemos e IU?

-No me gusta hacer política ficción. A IU se le hizo un planteamiento y tuvieron su refrendo interno. De lo que hablo es de tener un gobierno más estable que pueda afrontar y con una mayoría de esta naturaleza en el Parlamento.

-¿Confía en que esas actitudes cambien?

-Cuesta trabajo pensar que vayan a cambiar. Ojalá lo hagan.

-¿Y aguantará un gobierno sin presupuesto?

-Espero que haya sensatez para que se aprueben. No pienso someter a los asturianos a unas elecciones anticipadas. Si otros tienen otra idea, ellos sabrán.

-Retos tras el verano.

-Muchos y, además, en un clima especialmente complicado porque casi todos los partidos estaremos en congresos. A mí eso no me va a distraer de la gestión. Tendremos el proyecto de presupuestos. Por todos los medios trataremos de llegar a acuerdos y a algunos les será difícil explicar por qué no los apoyan. Tenemos que discutir cómo generar empleo, cual será nuestro nivel de crecimiento, cómo cerrar nuestras infraestructuras troncales, qué pasa con la minería? La cuestión central será la negociación de la financiación autonómica. Por eso quiero hacer ya un llamamiento: quizá estemos ante uno de los asuntos más cruciales en política autonómica en los últimos tiempos.

-¿La vida política asturiana tiene hipertensión?

-Sí. En España y en Asturias más todavía y creo que la hay desde 2011, con la llegada de Foro y Álvarez-Cascos, con una manera determinada de interpretar la política basada en la polarización casi extrema y que además tuvo éxito. Ahora Podemos, aunque debería estar en las antípodas ideológicas, interpreta la política del mismo modo: antagonismo, polarización, tensión. El PP, en ese proceso de fusión o absorción con Foro, ha endurecido su discurso. Eso contribuye a que la tensión política sea mucha e innecesaria. Conviene rebajarla. Verá que he excluido al PSOE, y también a IU y a Ciudadanos. Aquí en Asturias es patente que hay dos polos que concentran su acción sobre el Gobierno.

-Ante los acontecimientos de los últimos años, ¿debe el PSOE afrontar nuevos liderazgos y actualizar su discurso?

-Hay una evidente desconexión con las capas medias urbanas, también una de corte generacional, y no es un asunto solo de la socialdemocracia en España. Aquí hay partidos que dan solo pragmatismo, y otros que dan solo ilusión; unos dan realidad descarnada y otros esperanza desnuda. La socialdemocracia debe dar las dos cosas: esperanza y realidad. Es más fácil simplificar, como hacen la derecha o los más radicales de izquierdas.

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