Inspectores de Hacienda han testificado hoy, en el juicio del caso Marea, que la empresa Igrafo, en sus facturas por los suministros que realizaba con el Principado, también contabilizaba como costes el gasto realizado en las prebendas que abonaba a las acusadas María José Otero y Marta Renedo.

A preguntas de la fiscal en el juicio oral de la mayor trama de corrupción destapada en Asturias, estos dos inspectores han señalado que les llamó la "atención" la contabilidad realizada por Igrafo, que introducía este tipo de gastos en el apartado contable de Atenciones y Liberalalidades y, además, han recalcado que existía una documentación oculta.

Estos funcionarios de Hacienda participaron en los registros realizados en esta empresa, cuyo gerente, Víctor Manuel Muñiz, está acusado por delitos de cohecho y falsificación y para quien la fiscal pide 9 años de cárcel.

Han resaltado que esta empresa suministradora de material de oficina fue ampliando su objeto social con la realización de otro tipo de actividades, como la promoción de obras y reparaciones.

Para los testigos, el mejor ejemplo de la relación entre las obras que realizaba Igrafo y las prebendas son los viajes que abonaba para que fueran disfrutados por ex directora general de Planificación, Centros e Infraestructuras en la Consejería de Educación María Jesús Otero, y el ex consejero José luis Iglesias Riopedre.

Han precisado que en la contabilidad aparecía documentación de viajes cuyos importes descontó Igrafo como gasto y el nombre de las personas que resultaron beneficiadas de estos pagos.

Además, han indicado que Igrafo pagó reparaciones y servicios de decoración en el chalet de Otero en Poo de Llanes, así como en viviendas de parientes, como el realizado en un piso de un familiar en Zaragoza.

También han destacado las facturas a favor de la ex directora general en gastos de floristería, espectáculos, joyería, alimentación y hostelería e, incluso, para el pago de una animación para un cumpleaños.

En relación a la funcionaria Marta Renedo Avilés, cuyo acrónimo dio nombre al caso (Marea), los inspectores han subrayado que en la contabilidad de Igrafo aparecen numerosas partidas pagadas a sus empresas, Implants Mounts, que "era legal pero no tenía actividad" y la 'ficticia' Oxiplans.

Según los trabajadores de Hacienda, Igrafo también abonó facturas para obras en un chalet de Renedo y para el club de baloncesto donde jugaba su hija.