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Elena García-Vega | Vicedecana de Psicología, experta en estudios sexuales

"Hay que aceptar que el sexo se convierte en una mercancía de consumo más"

"Los adolescentes acceden a contenidos explícitos a edades más tempranas; la única solución es formarlos cuanto antes"

"Hay que aceptar que el sexo se convierte en una mercancía de consumo más" Miki López

-¿Seguimos teniendo déficit de educación sexual?

-Es que en ese aspecto vivimos en un país de autodidactas, pero la actual revolución tecnológica está cambiando el comportamiento humano. Y es un cambio estructural.

-¿Y cuáles serán las consecuencias?

-Aún es pronto para saberlas. Sin duda desaparecerán algunas habilidades y aparecerán otras. Las nuevas tecnologías hacen que nuestro tiempo se distribuya de otra manera, nuestra tribu crece, antes nos socializábamos en el ámbito familiar y escolar, ahora también en el cibermundo, cambios en las relaciones de pareja y sexuales... A otro nivel, nuestro cerebro se modifica en función de nuestras experiencias. se habla del efecto Google, que parece que hace que el cerebro tenga cada vez más dificultad para recodar información, la memoria apenas se utiliza; o la aparición de nuevas dependencias como la nomofobia, ansiedad patológica por no tener un dispositivo móvil disponible.

Elena García-Vega (1963) es doctora en Psicología por la Universidad de Oviedo y profesora titular y vicedecana de la Facultad de Psicología. Sus principales líneas de investigación se centran en la sexualidad, el género, la Psicología y la salud, y la transexualidad. Dirigió el curso "Sexología: educación, asesoramiento y terapia sexual", dentro de la programación de los cursos de verano de la universidad asturiana.

-¿De qué hablan en el curso?

-De muchas cosas. Sexo, sexualidad, erótica, amatoria y pareja. Y fantasías sexuales.

-¿Fantaseamos igual hombres y mujeres?

-Se fantasea casi por igual. Yo diría que aún tienen una mayor diversidad de fantasías sexuales los hombres, pero las diferencias se acortan. Ellos tienen fantasías un punto más extravagantes, y ellas más centradas en lo romántico. Y otra diferencia: los hombres tienden a hacer realidad sus fantasías.

-O sea, que son menos fantasías y más proyectos.

-Sí. Hoy en día las imágenes de internet potencian esas fantasías. Mucha gente ve cosas y se dice: pues yo también quiero hacerlo. Siempre se ha dicho que el hombre tiende al amor lúdico, con escasa implicación emocional y sin expectativas futuras , y la mujer al amor pragmático, basado en la búsqueda racional de la pareja ideal. Pero en realidad ambos sexos tienen ambos estilos amorosos, y van variando las proporciones de uno u otro en función de los cambios socioculturales. El amor lúdico cada vez está más presente en las mujeres.

-Sexo distorsionado. ¿Las nuevas tecnologías son un peligro?

-Tengo ambivalencia al respecto. La distorsión existe y tiene sus riesgos sobre todo cuando el receptor es el clásico preadolescente sin conocimiento en el tema. Por otro, acercarse a ciertos contenidos por parte de un público adulto puede favorecer recursos, ideas y esas fantasías de las que hablábamos.

-¿Es posible que un adolescente llegue a los 15 años sin haber visto pornografía?

-Pretender eso es una utopía. La realidad nos demuestra que cada vez acceden a esos contenidos tan explícitos a edades más tempranas, así que la única solución es formarlos cuanto antes y prepararlos. Hay que aceptar que el sexo se está convirtiendo en una mercancía de consumo más.

-Hay un sector masculino que accede a servicios de prostitución con la misma tranquilidad con la que se va a tomar una caña.

-El sistema capitalista de consumo influye en las relaciones humanas. Hay un cambio de actitud en materia de sexualidad, en parte porque esta es una sociedad que ya no criminaliza el placer sexual. Y por el individualismo que nos rodea. El consumidor de sexo ya no se esconde, busca "productos" listos para uso automático, soluciones rápidas, la satisfacción inmediata del deseo, experiencias que no requieren esfuerzos prolongados, sin implicaciones. Es lo que se conoce como "la no necesidad del otro".

-Nunca como ahora se han objetivado tanto los cuerpos.

-Somos seres sexuados. Al ser humano le gusta el sexo, el sexo vende y el sexo se compra. La mujer crece con la conciencia de que somos objetos de deseo, pero la objetivación del cuerpo masculino va a más. El otro día veía un anuncio en el que se aparecía un joven que portaba un bidón de agua y que era objeto de admiración de unas cuantas mujeres, que bebían agua a toda prisa para que el chico volviera pronto a reponer.

-¿Si damos una vuelta al anuncio y ponemos a una chica del bidón, con poca ropa, no sería un anuncio machista inaceptable?

-Partiendo de la base de que predomino del cuerpo de la mujer en la publicidad sigue siendo muy superior, coincido en que debe analizarse igual el anuncio independientemente de quién sea el objeto de deseo, hombre o mujer.

-Ya hemos visto el fracaso de las encuestas electorales. En sexo como en política, ¿los españoles mentimos como bellacos?

-Yo creo que sí. En general se admite que la gente manifiesta una deseabilidad social sesgada en muchos temas que tienen que ver con el sexo, la alimentación, los hábitos tóxicos. Es conveniente tener en cuenta información complementaria obtenida por métodos más cualitativos que los de la mera pregunta.

-Sorprende ese repunte de la violencia machista entre la población juvenil, a veces en forma de control hacia la pareja.

-Parece que en la adolescencia hay una cierta banalización de conductas consideradas como violentas, que ellos justifican como en contextos de juego, de broma... Insisto en la importancia de la educación y proporcionarles recursos que les permitan detectar y reconocer el maltrato físico, psicológico y sexual.

-¿Cómo trabajar en la escuela la formación en sexualidad?

-No es fácil, pero alcanzar el conocimiento sobre algo es el primer paso para poder ser libre en tu elección. Tenemos que ser capaces de dar pautas de análisis del modelo de sexualidad que nos ofrecen los medios de comunicación. Por tanto hay que invertir en educación. Existen ya experiencias, algunas muy interesantes. Una buena propuesta es utilizar las series de televisión, los videojuegos, la publicidad o internet, recursos con los cuales están muy familiarizados. En esas series y juegos aparecen mucho temas que permiten trabajar la educación sexual.

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