Vueling amargó ayer los viajes a centenares de pasajeros que tenían previsto volar de Asturias a Barcelona, o viceversa, con una cadena de retrasos que de madrugada aún tenía a unas 170 personas atrapadas en el aeropuerto de Asturias, esperando un avión que cuyo embarque se produjo pasada la medianoche, cuando oficialmente debería haber salido a las 19:25 horas. Mientras eso sucedía en Santiago del Monte, el pasaje del vuelo en la dirección inversa, con salida de Barcelona y destino Asturias, sufría una incertidumbre similar en el aeropuerto de El Prat.

Los viajeros fueron recibiendo mensajes en sus móviles que anunciaban retrasos cada vez mayores y a medida que crecían las horas de espera aumentaba también su indignación. El barcelonés Víctor Fernández, que viajó a Asturias por trabajo y esperaba el avión de vuelta sin información y cada vez con menos esperanzas de volar, lamentaba la "falta de coordinación" y frente a "la amabilidad del personal del aeropuerto" denostaba la actitud de dirección de la compañía, que "no está a la altura. Cuando tú llegas tarde, te hacen pagar un nuevo vuelo, qué menos que pedir que ellos hagan lo mismo. Que nos recoloquen y al menos nos regalen el billete", se quejaba con amargura. El trastorno era grande también para Lara García, una ibicenca que vino a Asturias con su pareja, a una boda, y en teoría necesitaba estar hoy en la isla para trabajar. Llegaron finalmente cerca de la una y media de la madrugada.

El caos de la aerolínea se dejaba notar en el móvil de Elena Cortés, otra pasajera que vino a Asturias a visitar a su pareja, que estudia en la región, y contaba con estupor y desesperación cómo la hora de salida de su vuelo "se iba actualizando con horarios sin sentido en la aplicación de Vueling: 19:25, 19:27, 20:03? A las nueve y cuarto la app decía que salía a la 1:56 y en el aeropuerto no nos decían nada". En el colmo de la paradoja, a última hora de ayer el avión tenía la salida prevista a las dos de la madrugada y la llegada antes de las doce de la noche. Su vuelo Barcelona-Asturias había llegado a su hora, pero "llevaba toda la semana temiéndome que pasara algo así", confesaba. A su alrededor, la última hora de la noche en el aeropuerto de Asturias era un enjambre de gente sin información, colas de personas pidiendo tickets de cena, explicaciones, horarios de enlace con otros vuelos y noches de hotel que la compañía denegó con el argumento de que "sólo están autorizadas a tal servicio las personas en tránsito a otros destinos". Juan García, ovetense, trabajador del Centro de Gestión Aeroportuaria en El Prat, demandaba sin éxito al personal de la compañía un justificante de haber dormido poco, "porque en mi trabajo necesito estar despejado y Aena me pide un documento que acredite que no voy a estar al cien por cien".

A su lado, Miriam Sánchez dice que "esto es la crónica de una muerte anunciada. No van a poder con tanta indemnización". Los dos temían en torno a las once que su avión no fuese a salir en toda la noche.

La compañía, protagonista absoluta de un verano caótico en los aeropuertos españoles, también sufrió una demora en el vuelo procedente de Palma de Mallorca, que tenía la salida programada para las 17.10 horas y finalmente partió de la terminal balear a las 19.27 horas. Como consecuencia de ello, la llegada a Asturias se retrasó otras tres horas. El vuelo aterrizó al filo de las diez de la noche cuando tenía prevista su llegada para las siete de la tarde.

Reprogramaciones

Pese a estas dificultades, habituales desde hace ya tres semanas, la aerolínea confirmó al Ministerio de Fomento que dispone de los medios necesarios para atender la demanda de la campaña de verano. En un encuentro de los responsables de las principales aerolíneas que operan en nuestro país con la ministra, Ana Pastor, ayer por la tarde, la dirección de Vueling salió al paso de las críticas de los últimos días garantizando que el próximo fin de semana podrá operar con normalidad, sin cancelaciones, aunque podría realizar algunas "reprogramaciones" de vuelos, aprovechando que ha incorporado a su flota un avión Jumbo con una mayor capacidad de pasaje.